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Pau Garcia-Milà, en el mundo de las ideas

La mejor manera para encontrar el éxito es hacer intentos una y otra vez hasta lograr los objetivos, dice este joven empresario

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAR/2013).- “En cuanto a las ideas, nadie sabe nada”, dijo   hace unos días en el auditorio de la Universidad del Valle de México, campus Guadalajara Sur. Y él algo debe saber de eso, pues un día tuvo una idea y después de peregrinar con ella de un lado a otro, consiguió concretarla, lo que lo convirtió, a sus 17 años, en un empresario, como el impulsor de EyeOS, un proyecto de escritorio de computadora al que se puede acceder en cualquier lugar del mundo vía web.

“Hace siete años –recordó el joven, hoy de 24 años de edad– tomé una decisión: escuché una idea que acababa de tener, quería acceder en otros lugares a información que se había dejado en un ordenador”.

Después de esparcir la idea por aquí, por allá y acullá, y luego de recibir toda clase de comentarios, desde el “eso es imposible”, “vas a fracasar” hasta el “no eres capaz de hacerlo”, Pau se sentó con su idea a cuestas y decidió ponerse a trabajar en ella. Y fue ahí donde, asegura, radicó el éxito.

“El éxito es cuestión de estadística”, señaló convencido. “El que empieza un proyecto tiene más posibilidades de triunfar que de fracasar”.

Y la estadística, si se aplica así, resulta bastante sencilla, y lógica. Pues mientras más se intenta algo, hay más probabilidades de que se llegue a un buen resultado. Si sólo se hace una vez y se fracasa, no habrá posibilidad alguna de éxito.

Fue tal vez ésta su primera enseñanza para los estudiantes, muchos de ellos tan jóvenes como cuando él inició su proyecto; otros, tan jóvenes como él lo es ahora que parece que nada lo detiene, pues actualmente tiene otra empresa: Bananity, una nueva red social que si bien aún no ha desbancado a otras, como Facebook, se está gestando con base en un intento tras otro hasta –es la meta– alcanzar el éxito que busca junto a sus colaboradores.


Cuestión de tiempo


Pau Garcia-Milà parte de las ideas y sostiene (sostuvo, sostendrá) que éstas no pueden ser juzgadas por las personas, sino por el tiempo. Por eso, aunque suene reiterativo, no hace otra cosa que aconsejar que lo más importante para ser emprendedor es creer en aquello que surge en la mente, pero también sugiere valorarlo. “Las ideas las ordenamos por mejores y peores; es mejor una idea que nos ayude a nuestra vida”; pues así será más sencillo ponerla en marcha.

También recomienda “contar las ideas”, y aunque se corre el riesgo de que alguien se robe la idea, es más posible que mientras más escuchas haya, sea mayor la posibilidad de que la idea se perfeccione, que crezca y mejore. Y cuando las cosas vayan bien, lo más importante es no perder piso, no dejarse llevar por la gloria y el éxito. Sobre su situación, aseguró que aún no ha llegado al éxito con eyeOS todavía, lo tendrá cuando sean muchas las empresas que lo usen.


Casos de éxito

“Siempre hay algo por inventar”, sólo hay que tener una buena idea para llevarla a cabo, y para ello no siempre es necesario contar con una fortuna.

Un caso de éxito es un juego que ha vendido mil 500 millones de copias: Angry Birds.

“Fue una idea sin presupuesto, que no fue americana (es finlandesa) y se convirtió en el juego más exitoso, con 23 intentos previos. Una buena idea es suficientemente potente para ser triunfadora”.


Perfil

Pau Garcia-Milà (Olesa de Montserrat, 1987) es un joven empresario y comunicador. Como empresario, fundó a los 17 años de edad, eyeOS (compañía que fue parte de los inicios del Cloud Computing), y la comunidad social Bananity.

En 2011 obtuvo el premio al Innovador del año por el MIT (TR-35), y en 2010 el Premio de los Príncipes de Asturias y de Girona “IMPULSA Empresa 2010”.

Es autor de tres libros: Está todo por hacer (2010), Optimismamente (2012) y TIENES UNA IDEA pero aún no lo sabes (2013).

Conferenciante habitual. Además es profesor de ESADE (en el Master en Digital Business) después de estudiar en el Centre for Entrepreneurial Learning de la Universidad de Cambridge en 2008 y en el propio ESADE dos años más tarde.

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