SAT: 5 ventajas de darte de alta en el sistema
No registrarse o hacerlo de manera incorrecta puede traer consigo sanciones y multas por parte de las autoridades fiscales
Antes de comenzar una actividad económica, surge la duda sobre la utilidad de inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Su objetivo principal es identificar ante el Estado a todas las personas físicas y morales que realizan actividades económicas. A través de esta clave única, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) supervisa que dichas actividades sean congruentes y que se cumpla con las obligaciones fiscales establecidas en la ley.
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Al generar un historial de las contribuciones, el RFC se convierte en una herramienta esencial para el cumplimiento fiscal. En términos prácticos, formalizar una empresa o actividad económica permite realizar diversas acciones fundamentales, entre ellas:
- Presentar declaraciones fiscales: Sin el RFC no es posible presentar declaraciones anuales, provisionales o informativas. Esto impide el pago adecuado de impuestos, la transparencia de las operaciones y la posibilidad de solicitar devoluciones o compensaciones, además de exponer al contribuyente a sanciones.
- Emitir facturas: La facturación es clave para documentar la compraventa de bienes o servicios. Contar con facturas facilita el control de ingresos y egresos, fortalece la contabilidad, permite acceder a deducciones y resulta útil en posibles conflictos legales derivados de operaciones comerciales.
Ventajas de estar inscrito en el RFC
Además de las obligaciones que conlleva, la inscripción al RFC ofrece diversos beneficios tanto para los contribuyentes como para sus negocios. Lejos de representar una carga, este registro puede convertirse en una oportunidad de crecimiento.
- Beneficios para los trabajadores: La formalidad de una empresa permite que sus empleados accedan a prestaciones como seguridad social, INFONAVIT y Afore. Cumplir con estas responsabilidades como patrón contribuye al bienestar y estabilidad financiera de los colaboradores, lo que suele reflejarse en un mejor ambiente laboral.
- Mejor percepción del negocio: Estar dado de alta en el RFC demuestra que una empresa opera dentro del marco legal y con transparencia. Esto genera mayor confianza entre clientes, autoridades y la sociedad en general, además de proyectar una imagen profesional que puede atraer talento, inversionistas y nuevas oportunidades comerciales.
- Mejor control financiero: La formalidad también impacta positivamente en la estrategia fiscal. Por ejemplo, al registrar a los trabajadores ante el SAT, es posible deducir sueldos y prestaciones, lo que puede reducir de forma significativa la carga tributaria.
- Acceso a estímulos fiscales: La inscripción permite aprovechar beneficios como créditos fiscales, facilidades para diferir pagos de impuestos y, en ciertos casos, la deducción total de inversiones realizadas en maquinaria o mano de obra, lo que favorece la reinversión en el negocio.
- Posibilidad de realizar operaciones financieras: El RFC es un requisito básico para abrir cuentas bancarias, contratar seguros, solicitar créditos, celebrar contratos de arrendamiento y llevar a cabo operaciones de importación o exportación, así como para la búsqueda de financiamiento e inversiones.
En conjunto, la inscripción al RFC no solo permite cumplir con las disposiciones fiscales, sino que también abre la puerta a mejores prácticas financieras y a un desarrollo empresarial más sólido y sostenible.
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BB