Ideas

- ¿Más “mañaneras”...?

A ver, ya en serio: ¿no hay en el Gabinete presidencial, entre sus asesores, entre sus amigos -que seguramente los tendrá a raudales-, nadie que se atreva a decirle al Presidente, por ejemplo, que la rifa del avión adquirido por sus predecesores es, con todas sus letras, un disparate; que la perspectiva de realizar “mañaneras” también sábados y domingos es una soberana necedad; que sus “otros datos” no valen si no se puntualizan; que la hora del día es la que marca el reloj y no “la que usted ordene, señor Presidente”, y que, en fin, no sólo por respeto a “la investidura presidencial” sino a su persona, convendría, si no eliminarlas por completo, sí, al menos, dosificar con más prudencia y reducir un tanto su irrefrenable tendencia a las verbalizaciones y las ocurrencias…?

-II-

Quede claro: no se pretende que un presidente deba instalarse, con sus actitudes, en un nicho o en una custodia en que se le rinda tributo reverencial. Además de que los gobernantes son humanos, los gobernados tienen derecho, cuando la ocasión se presenta, de hacer y difundir algunos chascarrillos a costillas de aquellos. En México se hacían epigramas -sarcásticos, obviamente- y se propalaban chanzas acerca de los virreyes, primero, y de los presidentes, después. Es probable que Cuauhtémoc y Moctezuma hubieran sido objeto de las chanzas de sus súbditos. Don Porfirio, Obregón, “Tata Lázaro”, Ruiz Cortines, Díaz Ordaz, López Portillo, no se diga Echeverría, anduvieron mucho tiempo “en lenguas de las gentes” -que diría Cervantes-, burlescas y aun malévolas. Pocos gobernantes, en suma, habrán sido tan irreprochables -o tan grises- como para salir ilesos e impolutos de sus cargos. Todos, en mayor o menor grado, fueron víctimas del filo acerado de las burlas del populacho.

-III-

No siempre, sin embargo, tales befas han tenido fundamento en hechos reales. La maledicencia popular ha aportado lo suyo… Ahora bien: temas como la cacareada rifa del avión adquirido por Felipe Calderón y disfrutado por Enrique Peña Nieto, o el anuncio de que podría incorporar ediciones sabatinas y dominicales de las “mañaneras”, al efecto de “responder a calumnias, mentiras y noticias falsas”, porque las de lunes a viernes sirven para endosar a sus predecesores la factura por “el cochinero” que dejaron, sólo sirven para que su autor se ponga, simbólicamente, los zapatones, la peluca anaranjada, el saco a cuadros y la nariz roja que desatan risotadas aun de los circunstantes más formales, respetuosos y discretos.

Temas

Sigue navegando