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- Nuevas reglas

Si es cierto, como decía Arturo “Cuyo” Hernández -manager de boxeadores, entre los cuales José “Toluco” López y Rubén “Púas” Olivares fueron, quizá,  los más célebres-, que “La experiencia no es lo que a uno le pasa, sino lo que uno hace con lo que le pasa”, es probable que en Jalisco, a partir del próximo viernes 12, una vez que las autoridades hayan hecho sumas y restas de las medidas dispuestas en razón de las circunstancias imperantes, haya nuevas reglas del juego para el manejo de la pandemia de COVID-19 en la entidad.

-II-

Decía un político y jurista (cuyo nombre nos reservaremos para no lastimar la modestia del Lic. Eugenio Ruiz Orozco) que “Gobernar es el arte de equilibrar lo posible con lo deseable”. Las decisiones tomadas por las autoridades, a raíz de las alarmantes cifras de contagios y decesos ocasionados por el virus, en las entidades en que se ha actuado en función de los niveles de incidencia, de la amenaza de que colapsen los servicios hospitalarios o del color del semáforo epidemiológico, no han resultado tan eficaces, en el aspecto sanitario, como sería de desearse…, y sí, en cambio, han ocasionado quebrantos, perjuicios y molestias al por mayor en el aspecto económico.

En Jalisco, tanto reducir los horarios de servicio del transporte público, en la primera fase del “botón de emergencia”, como impedir el acceso de personas de más de 60 años a los supermercados, en la fase aún vigente, han sido medidas erróneas. En el primer caso, se enmendó a la brevedad; en el segundo, dado que las protestas -justas por lo demás- motivaron un pronunciamiento de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, es de suponerse que se aplique, a partir del viernes próximo, una fórmula que propicie tanto lo posible como lo deseable; lo primero, que las personas mayores tengan libre acceso a bienes y servicios de primera necesidad; lo segundo, que se tomen medidas para protegerlas, tanto a ellas como a las personas de todas las edades, de posibles contagios y de sus graves y aun funestas consecuencias.

-III-

Después de todo, es muy probable que venga al caso la enseñanza del refranero popular cuando recomienda, en situaciones de duda o de conflicto -que sería el caso-, aplicar la máxima de “ni tanto que queme al santo… ni tanto que no lo alumbre”; o, simple y llanamente, “tantearle el agua a los camotes”…

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