Al Presidente ya nadie se le queda callado
En innumerables ocasiones el presidente López Obrador ha refrendado la responsabilidad del Gobierno de México y personal -según ha dicho- de garantizar la libertad de expresión a los periodistas, como lo hizo el 16 de febrero del año pasado, cuando dijo en la mañanera, “Ni siquiera está en nuestro pensamiento, nosotros no somos represores, que no nos confundan. Todo nuestro apoyo y toda nuestra solidaridad. Vamos a seguir protegiendo a los periodistas”, además de respetar sus opiniones y puntos de vista.
Sin embargo, la ambigüedad de López Obrador -lo que es una constante- y su acoso a los medios que no concuerdan con sus políticas y formas de gobernar, quedó demostrada nuevamente ayer en su popular verborrea matutina, cuando un reportero de El Sol de México le preguntó su opinión a las declaraciones del Obispo Cristóbal Ascencio García, quien el domingo en su homilía en la catedral de Apatzingán, Michoacán, reclamo que “en vez de haber celebrado festivamente allá en el Zócalo ¿por qué no mejor celebrar un día de luto, de duelo nacional?, por tantos hermanos de México” que han perdido la vida, ademas del reciente asesinato de Hipólito Mora y el ataque contra el secretario de Gobierno de Tamaulipas en Reynosa. La respuesta del mandatario fue una pregunta, “¿de qué periodico eres?”, recibiendo la respuesta del reportero, “ya le había dicho que de El Sol de México”. “Con razón”, respondió el presidente, y cuando se disponía a iniciar su ataque, el reportero lo interrumpió con un “entiendo que no le gusta la crítica”, lo que fue suficiente para que López Obrador levantara el tono y dijera “...no, no, no, es un periodico completamente reaccionario y de derecha y defensor de los corruptos…”. El mandatario perdió el piso, concretando al decir -sobre las declaraciones del obispo de Apatzingán- que “está en su derecho de manifestarse” y asegurando que su gobierno mantiene buena relación con todas las iglesias. Aunque más tarde fustigó porque “a veces la jerarquía de la iglesia tiene más simpatía por los potentados, por los ricos, muy contrarios al sentimiento, a la esencia del cristianismo…”.
Esta última posición tuvo una respuesta del Obispo Ascensio García, quien en una entrevista radial dijo “Invito a mi presidente a que nos acompañe un mes -en Apatzingán- y que vea a quién me dedico…me siento muy orgulloso de haberlo dicho y no me arrepiento”, insistiendo en que López Obrador en lugar de celebrar, debería de “pedir perdón por no haber encontrado la estrategia para combatir el crimen. Lo que dije, no oculta la realidad”.
La nueva realidad, es que al presidente López Obrador ya nadie se le queda callado. Y los ejemplos más recientes -en las últimas horas- son la posición de Xóchitl Gálvez quien lo calificó de “machista” y lo reto muy frontalmente; la intervención del reportero quien su cara le dijo, “entiendo que no le gusta la crítica” y el Obispo de Apatzingán, quien le recomienda que en lugar de festejar y hablar, mejor deberia “pedir perdon”. ¿Usted, qué opina?
daniel.rodriguez@dbhub.net