Botonazo light
Pese a que Jalisco retrocedió nuevamente al pasar en el semáforo epidemiológico nacional del naranja al rojo de máxima alerta por el crecimiento de casi el mil por ciento de contagios de COVID-19 de junio a julio y la saturación de más de una decena de hospitales para atender a enfermos de coronavirus, la mesa de salud que encabeza el gobierno estatal decidió no añadir más medidas restrictivas a las que entraron en vigor el pasado 30 de julio y estarán vigentes todo el mes de agosto.
Como se sabe dejaron de operar bares, antros y eventos masivos con más de 300 personas. Los aforos y horarios se redujeron también para restaurantes al pasar del 75 por ciento de su capacidad al 50 por ciento y con cierre obligado a las doce de la noche. Los salones de fiestas, estadios y demás eventos públicos y privados también deberán limitar su número de asistentes.
De hecho ayer se anunció que a través del programa “Reactiva Emergencias” el gobierno de Jalisco destinará cinco millones de pesos para dar apoyos directos de alrededor de cuatro mil 300 pesos a los trabajadores que de estos giros que tuvieron que dejar de laborar y recibir su principal fuente de ingresos como son las propinas.
La riesgosa decisión de no aplicar nuevas medidas restrictivas como se esperaba, argumentaron, es que aunque los contagios ya alcanzaron niveles a los que teníamos en enero cuando pasamos la situación más crítica de la pandemia cuando hubo sobredemanda de hospitales, oxígeno y servicios crematorios, es que ahora la positividad, hospitalización y fallecimientos son menos.
Por eso, con la entrada a esta fase sólo se reforzarán los protocolos, supervisarán con más rigor el cumplimiento de las medidas sanitarias, horarios y aforos de bares y restaurantes, así como la vigilancia en puertos y aeropuertos.
Pese a no llegar a la decisión de parar más giros y apelar a la responsabilidad individual, y al llamado a que la población se vacune, se mantiene la decisión de iniciar clases presenciales en agosto en el sistema educativo estatal, tema en el que han diferido con la Universidad de Guadalajara, que inicia este mes clases a distancia al menos hasta el 15 de septiembre que se evaluará si da el paso a clases híbridas y escalonadas, para evitar que se desate una cadena de contagios entre los estudiantes, cuya mayoría no ha sido vacunada. Hay quien interpreta que esta diferencia de criterios hizo que el gobierno estatal castigara a la UdeG reorientando 140 millones del presupuesto que ya estaba asignado para continuar la construcción del Museo de Ciencias Ambientales, al Hospital Civil que se construirá aledaño al Centro Universitario de Tonalá. Esta disputa presupuestal se da días después de que desde el púlpito presidencial, Andrés Manuel López Obrador fustigó al líder político del Grupo Universidad, Raúl Padilla López, al que atribuyó bloquear el regreso a clases por ser su adversario político.
Lo dicho, volvimos a llegar a este punto, por un evidente relajamiento social en el uso de medidas preventivas sanitarias como el uso del cubrebocas y el cumplimiento de la sana distancia en espacios públicos y privados en este periodo vacacional, que se agravó con la falsa idea de que la llegada de la vacunación había disminuido los riesgos de contraer la enfermedad, pese a la llegada de la nueva cepa Delta del COVID-19, que ha demostrado con creces ser mucho más contagiosa.
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