Cosas buenas que pasan (pese a todo)
•El librero tapatío Macario Zamora normalmente despacha en El desván de Don Quijote (por López Cotilla), pero ahora tuvo la buenísima idea de montar una librería sobre ruedas que desde hace varias semanas circula por la ciudad. Con unos dos mil títulos a bordo, su camioneta ofrece todo género de libros con descuento del 30 por ciento. Además, gracias al apoyo de la Universidad de Guadalajara, cuenta con mil novelas para donar a cambio de productos para armar despensas para la gente más necesitada. La temporada de encierro “es la gran oportunidad de viajar a través de la lectura”, dice Macario.
•Jesús Silva-Herzog Márquez, uno de los mejores ensayistas del país, publica por estos días, en Taurus y ya en edición electrónica, un libro dedicado precisamente al ensayo, ese género híbrido (“el centauro de los géneros”, decía Alfonso Reyes). El ensayo es, desde Montaigne, particularmente afín al encierro que permite meditar y darle vuelta a las cosas; “pasear”, decía él figuradamente. Comenta Silva-Herzog que es un género “muy pertinente en estos tiempos, cuando alguien se nos presenta como el único camino de la justicia o el único camino de la verdad, cuando se presenta alguien como el vocero de Dios, o del pueblo, pues hay que tomar con mucho cuidado lo que representa”.
•Aseguran que en la página de internet del Fondo de Cultura Económica (https://www.fondodeculturaeconomica.com/Gratuita) se han registrado más de 330 000 descargas gratuitas de libros... ojalá sea cierto y ojalá que signifique que la gente está leyendo más.
•La editorial francesa Flammarion y la fundación Hospitales de París-Hospitales de Francia lanzaron la iniciativa “Leer para curar”: una biblioteca de cincuenta libros de distintos géneros, desde clásicos hasta contemporáneos, relacionados con la medicina. Por cada descarga electrónica de uno de esos libros, los editores donan el importe para apoyar los cuidados médicos.
•El viernes 8 de mayo, los británicos celebraron en estas peculiares circunstancias los 75 años del final de la II Guerra Mundial. La BBC difundió un discurso de la Reina Isabel exactamente a la misma hora en que su padre había anunciado el suceso tres cuartos de siglo antes. La alocución fue un modelo de tino, inteligencia, patriotismo sin estridencias, serenidad y esperanza para los ciudadanos. Después, muchísimos británicos salieron a las puertas de sus casas a cantar “We’ll meet again”, la canción clásica de aquella jornada.