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Impunidad feminicida, de Morelos a Jalisco

En noviembre del año pasado, en medio de la crisis feminicida que aún padecemos en todo el país pero que en aquellos momentos estaba en el centro de la opinión pública por casos como el de Debanhi en Monterrey, o el de Luz Raquel aquí en Zapopan, fue causa de indignación nacional la revictimización que hizo la Fiscalía de Morelos contra la joven Ariadna Fernanda, quien fue víctima de un claro feminicidio que quiso ocultar el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, y quien por esa razón fue finalmente detenido el viernes pasado, pese a contar con fuero constitucional.

Habrá que recordar cómo este caso enfrentó a la Fiscalía de Morelos y a la Fiscalía de la Ciudad de México, ya que días después del asesinato de Ariadna, la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, acusó al ahora fiscal detenido de encubrimiento por haber afirmado que la joven murió por una “ingesta excesiva de alcohol” para tapar un feminicidio y ayudar al presunto agresor, Rautel “N”, empresario con el que tendría vínculos. La propia Sheinbaum, ya en su calidad de aspirante presidencial, recordó el episodio este fin de semana.

Y es que mientras el fiscal morelense sostenía esa versión, presuntamente con base en las autopsias realizadas en su dependencia luego de encontrar el cadáver de Ariadna a las orillas de la autopista La Perla-Cuautla, en Tepoztlán, Morelos, a petición de familiares de la víctima, la Fiscalía de la Ciudad de México hizo una segunda necropsia en la que se concluyó que la chica murió por la violencia ejercida en su contra. Esa versión se confirmó cuando los investigadores de la Fiscalía de la CDMX dieron con videos en los que se ve a Rautel “N” sacar el cuerpo de Ariadna de su departamento de la CDMX, al que llegaron, junto con su pareja Vanessa “N” la madrugada del 31 de octubre luego de departir en un restaurante de La Condesa. Por ese video hicieron un cateo y encontraron rastros de sangre que acreditaban que el asesinato se cometió en el departamento propiedad del empresario, quien días después se entregó a la Fiscalía de Nuevo León, negando su culpa, mientras que la Policía capitalina detuvo a su pareja Vanessa “N”, lo que finalmente hundió a Carmona, quien el viernes atribuía su detención a represalias políticas del Gobierno de la 4T por sus pugnas con el gobernador y ex futbolista Cuauhtémoc Blanco.

Lo cierto es que en juzgados consideraron que los indicios eran suficientes para culparlo de obstrucción de la justicia en el caso de Ariadna, que ojalá sirva de acicate para que ninguna otra autoridad se atreva a tratar de encubrir un feminicidio.

Y también para que en Jalisco, por ejemplo, se retomen casos como el de Luz Raquel y se corrijan pifias como las que se han cometido en el caso de la desaparición en el conflictivo municipio de Encarnación de Díaz de las hermanas Adriana, Marisela, y Rosa Olivia, y de su amiga Beatriz, en el que según acusó el viernes pasado el fiscal de Aguascalientes, Jesús Figueroa Ortega, en Jalisco, donde debió iniciarse la investigación por oficio, se incumplió porque en la Fiscalía en Lagos de Moreno no se les quiso aceptar la denuncia de los familiares, perdiendo así tiempo clave para dar con su paradero.  

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