Las mujeres hablan menos que los hombres en la pantalla grande, es decir; muchas mujeres aparecen en el cine sin decir palabra, como telón al fondo o como si nada más existieran para que avance la historia de los personajes masculinos.Tan es así que aún cuando las mujeres hablan, no suelen hacerlo entre ellas o, de hacerlo, su tema de charla es un hombre.¿Exagerado? Haz la prueba en la próxima película que veas, de hecho si lo haces, ten en cuenta que este test tiene nombre y ni siquiera es un tema de la nueva generación ¡existe desde los ochentas!Desde 1985, la dibujante y escritora Alison Bechdel, publicó una tira cómica, The Rule, de la serie “Unas lesbianas de cuidado”: dos mujeres se plantean ir al cine pero solo verán los estrenos donde al menos dos personajes femeninos hablen de cualquier cosa que no sea un hombre. La norma terminó bautizada como Test de Bechdel y hasta hoy día es indicador de igualdad de género en el mundo del cine. Si bien la prueba parece sencilla y tampoco es garante de que las mujeres que aparezcan en la película representen valores feministas, te sorprendería cómo hasta la fecha la cantidad de películas que no lo consiguen es exorbitante.En 2018 la BBC estimaba que ni siquiera la mitad de las películas premiadas en la categoría a la mejor película en la historia del Oscar conseguían pasar el test. Un año antes el sitio FiveThirtyEight buscaba una versión más actual de la prueba, para lo que formaron un grupo de mujeres y así detectar la representación racial y de género en el cine. Sugirieron la inclusión de un personaje femenino de raza negra en situación de poder; el hecho de que los sets de rodaje estuvieran formados por mujeres al menos en un 50%; y que la protagonista femenina no muera al final, se embarace o complique el arco narrativo del protagonista masculino.En este sentido, también existen nuevos test en torno a la representación, por ejemplo, el Test de Mako Mori, nacido a partir de uno de los personajes de la película de Guillermo del Toro “Pacific Rim”, el cual exige una película con un personaje femenino que posea su propio arco narrativo.Mientras que el Test de la lámpara sexy, creado por la guionista Kelly Sue DeConnick, es más crudo y retador: si la película puede sustituir un personaje femenino por una lámpara sexy y aún así el filme funciona, reprueban el test.En 2013 algunas salas de cine suecas introdujeron un sistema de clasificaciones para informar a sus espectadores de los sesgos de la interseccionalidad cada vez más invocada y siempre necesitada por su importancia.AD