Viernes, 19 de Diciembre 2025

“Playback: una somos dos”: afinando el corazón

Entre concursos musicalesy verdades ocultas, la serie propone un viaje juvenil donde cantar no es solo espectáculo, sino una forma de sobrevivir emocionalmente

Por: El Informador

Juli Castro y Antonella Podestá, protagonistas de la serie “Playback: una somos dos”. CORTESíA

Juli Castro y Antonella Podestá, protagonistas de la serie “Playback: una somos dos”. CORTESíA

En el universo colorido —y emocionalmente complejo— de “Playback: una somos dos”, la nueva serie musical que ya se puede ver en Disney+, la relación entre un padre y su hija se convierte en el motor de una historia donde el talento, los secretos y la búsqueda de identidad se cruzan de manera luminosa y dolorosa a la vez. Luis Roberto Guzmán y Antonella Podestá, quienes interpretan a ese dúo central, conversan sobre el proceso de construir personajes que, más allá del brillo de los escenarios, habitan tensiones profundamente humanas.

La trama sigue a “Camila”, una joven con talento excepcional para la música, y a su padre, un hombre que observa en ella tanto una promesa artística como un misterio. La serie se despliega entre canciones originales, conflictos familiares y el peso de aquello que se calla: una historia donde la autenticidad es el centro y la música funciona como territorio seguro, pero también como espejo incómodo.

En entrevista con EL INFORMADOR, la actriz argentina Antonella Podestá comparte cómo es que logró equilibrar la vulnerabilidad y la fortaleza de su personaje, responde con una claridad que revela tanto el proceso actoral como la lectura íntima del rol. “Es como cuando se habla de luz y sombra”, explica. “Así como es una chica decidida, fuerte y capaz, también todo eso recae en su sensibilidad, que es la que la conecta y la hace fuerte”. Podestá describe a “Camila” como una joven consciente del peso de sus emociones, alguien para quien la sensibilidad no es un obstáculo, sino un territorio desde el cual se impulsa hacia el arte. “‘Camila’ es fuerte porque sabe de su sensibilidad. Esa es la que la conecta con la música y con lo que realmente es”.

La actriz también comparte cómo la construcción vocal del personaje la llevó por caminos inesperados. Acostumbrada a estilos mucho más densos —el tango y el folclore, con su carga emocional y su “cuerpo” particular—, adaptarse al brillo casi etéreo del sello Disney fue un desafío técnico y emocional. “Conectar con una voz más Disney, más brillante, más niña, fue hermoso y un reto”, confiesa. “Yo vengo de una escuela de canto más pesada, así que llevarme a ese lugar fue como descubrir nuevas posibilidades de mi propio instrumento”. La experiencia fue tan transformadora que, según dice, incluso cuando saque su propia música en el futuro, tal vez ni ella misma reconozca completamente la voz de “Cami”: “Ya tiene su sello, su etapa, y es hermoso que exista”.

La experiencia de internarse a un mundo “nuevo”

Para Luis Roberto Guzmán, reconocido por su versatilidad actoral y su trayectoria en series y telenovelas, adentrarse en un proyecto eminentemente juvenil y musical fue también una experiencia novedosa. “El privilegio fue mío”, afirma a esta casa editorial, refiriéndose a trabajar con un elenco tan joven. “Compartir con adolescentes y veinteañeros extremadamente talentosos… todos me dejaron sorprendido por su compromiso con el arte”. Guzmán describe el set como un espacio donde la frescura generacional convive con la disciplina profesional: un lugar donde cantar, bailar e interpretar no son habilidades accesorias, sino lenguajes obligados para contar la historia. “Refrescarme ha sido maravilloso. Ha sido un viaje espectacular. Siempre se aprende”.

Al hablar del trasfondo temático de “Playback”, el actor subraya los elementos que considera más relevantes para el público joven: la amistad, la familia, los secretos que se comparten y los riesgos que se corren para ser uno mismo. “Al tomar un riesgo tenemos dos caminos: el positivo o el que te lleva a aprender. No hay de otra”, reflexiona. Y añade una idea que funciona casi como tesis de la serie: “La música es lenguaje universal, emoción pura, los latidos del corazón”. Para él, el soundtrack —que ya circula entre el público con sorprendente rapidez— es un puente emocional entre generaciones: “Es música simple, brillante, mágica, pero también profunda. Me encanta que los mensajes lleguen a niños, adolescentes y adultos”.

Una historia de doble identidad 

“Playback: una somos dos” sigue la historia de “Camila”, una joven cantante que vive atrapada entre su enorme talento, las expectativas de su familia y los secretos que han moldeado su vida sin que ella lo supiera. Su padre, interpretado por Guzmán, guarda información crucial sobre su pasado, lo que tensiona su vínculo y su desarrollo artístico. A través de concursos musicales, amistades nuevas y conflictos internos, la serie explora lo que significa encontrar una voz propia en un mundo donde las apariencias —y los playbacks— a veces cuentan más que la verdad.

A diferencia de otras producciones juveniles, la serie apuesta por un tono emocionalmente honesto, sustentado en canciones originales que funcionan como confesiones y revelaciones. El elenco, mayormente joven, aporta energía fresca, mientras la relación padre-hija le da profundidad a la historia.

El elenco juvenil de “Playback: una somos dos” aporta frescura, talento y sensibilidad a la nueva serie musical. CORTESÍA
El elenco juvenil de “Playback: una somos dos” aporta frescura, talento y sensibilidad a la nueva serie musical. CORTESÍA

Una serie que canta sobre lo que callamos

“Playback: una somos dos” es más que una serie musical juvenil: es un relato sensible sobre lo que implica ser auténtico cuando el mundo —y, a veces, la familia— espera otra cosa. La historia se mueve en ese territorio frágil donde la identidad aún se está formando y donde las decisiones pesan más de lo que parecen. En ese tránsito, la música no funciona sólo como espectáculo, sino como refugio, lenguaje y espacio de verdad. Es el lugar donde los personajes pueden decir lo que no se atreven a pronunciar en voz alta.

La serie explora el vínculo entre padres e hijos, los silencios heredados y las expectativas que se imponen desde el amor, pero también desde el miedo. En ese cruce, el arte aparece como una vía para nombrar emociones complejas: la duda, el deseo de pertenecer, la necesidad de diferenciarse. Como señala Luis Roberto Guzmán, “la música es emoción y pálpito”, y en esta historia esa afirmación se vuelve literal. Cada canción sostiene un secreto, una confesión o una esperanza, y acompaña a los personajes en su proceso de crecimiento.

Antonella Podestá lo explica desde la experiencia corporal y emocional del trabajo actoral: “Prestas tu cuerpo, tu voz, tus emociones. Y así también presté mi voz a ‘Cami’. Ya tiene un sello propio: fue una etapa de mi vida”. Esa entrega se percibe en pantalla y le da a la serie una honestidad poco común dentro del género juvenil.

Así, la plataforma recibe una propuesta donde el brillo pop no oculta las complejidades de crecer, amar, equivocarse y reinventarse. “Playback: una somos dos” es una historia donde lo que suena no siempre coincide con lo que se siente, pero donde encontrar la voz propia —aunque tiemble— es el acto más valiente de todos.

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