El peor desenlace posible para el “Caso Giovanni” sería que quedara en vil argüende; en “pleito de comadres” que solo sirve para que todo el vecindario se entere de sus podridas, al ventilarse, entre berridos e improperios, a medio patio de la vecindad, tanto las verdades que se les conocen como las calumnias que se les imaginan…-II-“Celoso de la honra…” -¡ah, eso sí…!-, ofendido por la pedrada que desde media calle le lanzó al tejado el gobernador Enrique Alfaro al afirmar que “su gente” -la de aquél- estuvo tras los desmanes del jueves pasado en el Palacio de Gobierno de Guadalajara, y que tales tropelías fueron urdidas desde los sótanos de Palacio Nacional, el aludido se interesó más, ayer, por romper una lanza, en su cotidiana plaza pública, en defensa de “la (sacrosanta) investidura” que ostenta, que por el meollo del asunto…Se supone que la primera fue mancillada merced a las declaraciones que Alfaro quiso parchar al día siguiente con otras más mesuradas. Intento fallido. “Esclavos de nuestras palabras y amos de nuestros silencios” como somos, según el proverbio, el daño ya estaba hecho.Para el vecindario, más allá del morbo que suscita el argüende referido, lo sustancial es que tanto de la muerte de Giovanni como de los episodios que de ahí se desprendieron, se conozca la verdad y se sancione a los responsables de las conductas ilícitas e incluso criminales concomitantes.Más concretamente: 1) en qué circunstancias ocurrieron la detención, el encarcelamiento y las lesiones que -según la autopsia- causaron la muerte de Giovanni; 2) quiénes fueron los responsables de su deceso; 3) si ya se iniciaron los procesos correspondientes; 4) quiénes -con nombres y apellidos- orquestaron y participaron activamente en los violentos desmanes del jueves en (y a inmediaciones de) Palacio de Gobierno; 5) si ya se emprendieron acciones legales para identificar plenamente e imputar cargos a los autores de delitos (daño en las cosas, pandillerismo, intento de asesinato, etc.…) perpetrados en la vía pública; 6) si habrá sanciones para los policías que arbitrariamente detuvieron a jóvenes que presuntamente participarían en manifestaciones, o para los mandos que en ese sentido les dieron instrucciones.-III-Eso es lo esencial: esclarecer y sancionar delitos; “cumplir y hacer cumplir las leyes”, como “protestan” hacer, al asumir sus cargos, los actuales protagonistas de un vulgar pleito de comadres que ofende a los ciudadanos de bien que merecen algo más que escándalos y leperadas de sus gobernantes.