-Parece Viernes Santo… -aventuró uno.-…pero sin empanadas -lo corrigió uno de los contados contertulios que había alrededor. -II- Una semana antes, había dos temas inevitables en todos los corrillos; (temas, por cierto, a los que podía aplicarse la frase publicitaria de cierto antigripal: “Son dos, se toman juntos”…): uno, las marchas contra la violencia de género, realizadas el domingo en varias ciudades del país; otro, el “día sin mujeres” convocado para el lunes. Ahora es uno solo el tópico obligado: el coronavirus.El anterior fin de semana no se hablaba de otra cosa. Vaya: hasta el futbol languideció como tema de conversación obligado… Por lo demás, hasta donde podía apreciarse, había consenso: todas las manifestaciones eran legítimas; todas las protestas, justas; todas las iniciativas orientadas a modificar patrones culturales que se manifiestan en violencia contra (o en menosprecio hacia) las mujeres, plausibles.Ahora, también hasta donde se advierte, hay consenso nuevamente: todas las medidas que han tomado las autoridades para reducir el riesgo de contagio, son razonables. De su parte -de las autoridades-, lejos de incurrir en estridencias o en necios alarmismos, ha habido sensatez. No se ha ocultado información (como, según se dice, ocurrió en China cuando aparecieron los primeros brotes). Se ha advertido claramente a toda la población que el fenómeno alcanzará dimensiones de pandemia (enfermedad epidémica que se difundirá por todo el mundo): el vaso medio lleno. Se ha hecho la salvedad de que un minoría de la población -el 20%- resentirá en mínima medida los síntomas del contagio -el vaso medio vacío-; que serán pocos los casos que ameriten hospitalización, y que la mortalidad -inevitable- alcanzará proporciones mínimas. Se ha subrayado que las decisiones que se han tomado -y que la población, en general, ha acatado- llevan la sana intención de demorar los efectos de la tercera etapa de la epidemia (cuando el contagio tienda a generalizarse), y a que los médicos estén mejor preparados y los hospitales mejor equipados para enfrentar los casos que se presenten. -III- Ahora se sabe que el impacto de la pandemia podrá atenuarse, si se atienden las recomendaciones. En otros tiempos, la gente se enfermaba y eventualmente moría sin saber de qué... con lo que se reproducía el caso -permítase una sonrisa en medio de tanta seriedad- de una nota policíaca que en las redacciones de los periódicos se tenía por ejemplo de humor involuntario:“Lo mataron por la espalda… y no supo quién”.