Comprobado: como droga social, el futbol no admite sucedáneos… Sin perjuicio de que los haya —“para todo hay gustos”, reza el adagio— más o menos interesados en dar seguimiento al desarrollo de la liga “virtual” con que algún imaginativo, animado por la mejor de las intenciones, quiso engañar al hambre a partir de que la contingencia sanitaria por el coronavirus obligó a suspender casi todos los campeonatos de futbol en el mundo, lo cierto es que el aficionado común no parece haberse enganchado con dicha ocurrencia. * Se trata, salvadas todas las distancias, de versiones corrompidas y empeoradas — en vez de corregidas y mejoradas, como suele decirse en las nuevas ediciones de ciertos libros— de invenciones como el café sin cafeína, los cigarrillos sin tabaco, la cerveza sin alcohol y los dulces sin azúcar; invenciones, todas ellas, creadas o aceptadas con el afán de engañarse a sí mismo (decía un pariente que, ante todas esas “opciones”, era preferible, por placentero y sustancioso, chuparse el dedo)… y consolarse con el argumento –no siempre demostrable— de que no se daña la salud. * Ya se verá cuando se tomen las primeras medidas encaminadas a volver a la normalidad: es probable que los aficionados que han acatado las recomendaciones de las autoridades sanitarias, se abstengan, durante algunas semanas, de acudir a los estadios; es probable que medidas como la “sana distancia” que se tratará de mantener en las tribunas, se traduzcan en que los clubes pongan a la venta muchos menos boletos —la mitad… o hasta menos— de los correspondientes a los aforos de sus estadios; es probable que los primeros “clásicos” que se celebren, al reanudarse los campeonatos, se vean menos concurridos que de costumbre; es probable que el obligado ausentismo en las gradas repercuta en menor intensidad en el ambiente que de ordinario rodea ese tipo de partidos. En compensación, también es de suponerse que, en cuanto los balones vuelvan a rodar, se recuperarán, como por arte de magia, los niveles de audiencia de transmisiones y programas de televisión. * Por lo pronto, sugerencias como la de realizar hasta cinco cambios por equipo en cada partido o de prescindir del VAR –con el ánimo de hacer más expeditos, menos tijereteados los partidos— dan más tema para el comentario... que los resultados de una competencia —la “eLiga”— más truculenta (e insulsa, sobre todo) que el anticuado “futbolito” de mesa.