El Atlas es, quizá, el equipo mexicano que más recuerda la anécdota que se atribuye al filósofo griego Sócrates “El Cínico”. De él se cuenta que deambulaba por las calles de Atenas con una lámpara encendida, aun de día. -¿Qué buscas?-le preguntaban los curiosos. -Un hombre - era su invariable respuesta.*El Atlas, en efecto, busca, desde tiempo inmemorial, “un hombre”: el hombre que con su liderazgo, con su presencia al frente del equipo, como entrenador, rompa el hechizo que parece pesar sobre el club desde hace casi siete décadas -desde 1951, para ser exactos-, cuando fue el primer equipo jalisciense en coronarse en la Primera División, y grabó sobre el escudo la estrella que, al paso de los años, sigue solitaria.La lista de aspirantes a desempeñar ese papel que han desfilado por el puente de mando del equipo rojinegro, es interminable. Algunos, ciertamente, dejaron huella: el “Viejo” Valdatti y el “Pistache” Torres por su inquebrantable fidelidad a la institución; Bielsa, por los métodos que implantó para reestructurar y revitalizar las fuerzas básicas del club; La Volpe, por la camada de excelentes jugadores, extraídos de su propia cantera casi todos, con que puso al Atlas a un paso del título (lo perdió ante el Toluca, en el Verano de 1999, en series de penalties). Los restantes -“de cuyos nombres no quiero acordarme”, diría Cervantes- pasaron sin pena ni gloria.*Leandro Cufré acaba de sumar su nombre a la extensa lista. Cede la estafeta a Rafael Puente del Río, quien llega al cargo más por su verbo, por su audacia y por su nombre que por sus antecedentes… Básicamente comentarista de televisión; director operativo del Guadalajara durante cinco meses (en 2014), su historial como técnico incluye un ascenso a Primera División con Lobos BUAP. Su desempeño en el circuito grande fue de más a menos: sorpresivo líder general en la tercera fecha del Apertura 2017, y sotanero en el siguiente torneo. Cesado en la jornada 14, en mayo de 2018 asumió el mando del Querétaro con el que llegó a la “Liguilla”, pero fue despedido tras la séptima fecha del siguiente certamen.Se dirá, en su defensa, que en sus equipos no había materia prima para intentar grandes cosas. La gran incógnita es si en el Atlas será el hombre del destino… o el enésimo en la inmensa lista de los réprobos.
