Viernes, 10 de Octubre 2025

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Piso pegajoso y techo de cristal

Por: Diego Petersen

Piso pegajoso y techo de cristal

Piso pegajoso y techo de cristal

El machismo político plasmado en dos fotografías. En la primera aparecen el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y el coordinador de los diputados locales de Movimiento Ciudadano, Quirino Velázquez, anunciando la iniciativa de paridad de género para las elecciones del 2024. El chiste se cuenta solo: dos hombres decidiendo el futuro político de las mujeres. En la segunda, como reacción a las críticas de la foto anterior, aparecen las diputadas del partido naranja rodeando al gobernador. Seis de un lado, cinco del otro, en formación V. Al centro el gobernador de camisa rosa. Sólo una de ellas mira al piso, como apenada. El resto celebra altiva al macho de la manada.

En Jalisco, dijo el alcalde Pablo Lemus, el candidato de MC a la gubernatura será un hombre. ¿Quién lo decidió? Los hombres que son los dueños del partido, los que controlan los órganos de decisión, quienes tienen en sus manos el destino de las candidaturas. No se han definido las reglas, no hay convocatoria, pero el género, dice él, está decidido.

Gracias a Erika Loyo aprendí que no sólo existe el techo de cristal, ese límite real para el crecimiento de las mujeres en la política, en las empresas, en las universidades, sino algo más que metafóricamente se llama el piso pegajoso: esa realidad espesa y chiclosa que impide que las mujeres avancen con agilidad y velocidad porque hay algo que las ata, que las detiene y les impide avanzar. 

El piso pegajoso de las diputadas naranjas está plasmado en la fotografía que se tomaron con el gobernador. No, ellas no deciden su futuro. Ellas están ahí para cumplir una cuota, para llevar la voz del gobernador al Congreso del Estado porque así conviene a los intereses del partido, no a los intereses de las mujeres.

Tener mayoría de mujeres en el Congreso de Jalisco no ha servido para que ellas tomen control de la agenda femenina, para que exista una paridad real más allá de la voluntad del macho alfa en turno. El piso pegajoso, lo saben ellas, es que su futuro político depende de lo que decidan los hombres que toman las decisiones en los partidos y en la vida pública.

La pregunta no es si ya es tiempo de que una mujer gobierne, o sea rectora, o presida alguna de las cámaras empresariales. Esa es una falsa disyuntiva planteada desde la condescendencia masculina. La pregunta es a qué hora los hombres vamos a entender que gran parte de los problemas que tenemos hoy son producto de la lógica machista con la que vemos el mundo y por lo tanto con la que tomamos las decisiones.

Toca a las mujeres romper, a pedradas si es necesario, el techo de cristal. A los hombres nos toca trapear el piso pegajoso que hemos dejado nuestro paso.

diego.petersen@informador.com.mx

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