El gobernador Enrique Alfaro enfrenta una decisión clave para su futuro político. Y no me refiero, contrario a lo que todos imaginan, al anuncio que hará este fin de semana sobre su papel en la elección presidencial de 2024. Hay una decisión más importante para su destino político. “Estoy a unos días de tomar una decisión importante para mí”, dijo ayer durante un evento oficial. Poco después, en la entrevista colectiva al terminar el acto, añadió que el anuncio lo hará “tentativamente el fin de semana”. El escenario político para un Alfaro presidenciable es desalentador. Las campañas anticipadas de Morena y la estructura del partido oficial son como un Gólem aterradoramente vacío, pero concebido como una poderosa maquinaria electoral encaminada al triunfo. Mientras tanto, la alianza opositora se desvanece entre renuncias, acusaciones y una candidata, Xóchitl Gálvez, que ha crecido sólo en la imaginación de quienes la impulsan. Alfaro es un político inteligente. Sabe que este no es su momento, por mucho que su ego lo desaconseje. Ya no existe el Jalisco de 2012, al que se aferra como un sueño, en donde casi remonta la elección desde cero. Hoy enfrentamos otra realidad. La decisión de apuntarse como candidato a la Presidencia sería sólo para fungir como aspirante testimonial, sin posibilidades. Lo más sabio es dar un paso atrás y decidir lo que verdaderamente importa: ¿quién será su sucesor?En este punto, Alfaro debe elegir entre su amigo, el senador Clemente Castañeda; y su socio, el alcalde tapatío Pablo Lemus. La diferencia entre uno y otro es abismal. El primero le garantiza poder e influencia transexenal. Sería una suerte de “consigliere”. No perdería protagonismo en asuntos de Gobierno y continuaría en la arena pública como líder moral de un movimiento. En cambio Pablo, el menos alfarista de los alfaristas, significa entregar el poder al azar de un nuevo grupo y una personalidad ansiosa de desmarcarse de las imposiciones y regaños del mandatario. “Nunca he participado en una elección en la que no crea que voy a ganar”, dijo ayer Alfaro. Esa elección es entre Castañeda y Lemus. Y sólo una le garantiza el triunfo. jonathan.lomeli@informador.com.mx
