El Gobierno federal convocó, ayer, a una reunión del gabinete, y anticipó que “miércoles o jueves” podría anunciar los primeros pasos del plan para la reactivación económica -la vuelta a la normalidad, pues- tras la crisis del coronavirus. Previamente, el sábado, al anunciar que los alumnos no volverían a las aulas en el actual ciclo escolar, el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, adelantó que hoy martes daría los detalles de la primera fase de la esperada reactivación económica…Salvo diferencias mínimas, de matiz quizá, los programas federal y estatal coincidirán, casi seguramente, en los aspectos esenciales. De hecho, el Gobierno federal anticipó que será “regional y sectorizada” -gradual, pues- la reanudación de las actividades productivas, lo que significa que las autoridades de los estados y aun de los municipios podrán hacer los ajustes que estimen pertinentes, siempre a partir de la premisa de que la prioridad número uno es la salud -y la vida, por supuesto- de las personas.-II-La vuelta a la normalidad no será cuestión de “enchílame otra”, desde luego. De hecho, la decisión de que los estudiantes no vuelvan a las aulas en este ciclo ocasionará un conflicto que ahora mismo ponderan los entendidos en temas sociológicos, económicos y educativos en los países en que está en vías de cerrarse el ciclo crítico de la pandemia: si la mayoría de los padres y/o madres de familia volverán en breve a sus trabajos, ¿quién cuidará en casa a los niños, y quién vigilará que éstos realicen las actividades relacionadas con la educación a distancia (“clases telemáticas”, las llaman en España) durante los casi dos meses que restan del calendario escolar?-III-Las circunstancias familiares y las condiciones socio-económicas de cada familia jugarán un papel primordial. En los primeros años de la vida -y de la educación formal- se requiere una presencia más cercana de padres y maestros. José Antonio Marina, educador y escritor, advierte (ABC, Madrid, V-11-20) que “una cosa es educar cuando se cuenta con la capacidad del niño para tomar decisiones, y otra cuando hay que enseñarles a organizarse”. Otros mentores señalan (ibid.) que “si de por sí dar clase de forma presencial es complicado, imagina por la ventanita de un ordenador”.La vuelta a la normalidad -vale reiterarlo- no será fácil, ni será rápida. En todo caso, cabe recordar lo que El Viejo decía: “Si las cosas que valen la pena (salvar la vida a miles de personas, por ejemplo) fueran fáciles…, cualquiera las haría”.