Dicen que en la Línea 3 todo marcha viento en popa, pero unos hacen el caldo y otros disfrutan la sopa. A esta obra del sexenio, desde siempre así anunciada, se la comieron los tiempos y no ha sido terminada. Los actuales gobernantes no la habrán de inaugurar, y los que están por entrar el cuello se han de parar.