Desde que el bicho del COVID-19 desató la pandemia que paralizó las actividades en la mayor parte del mundo, las sociedades y las autoridades hemos tenido que lidiar entre cuidar la salud y cuidar la economía. Pocos gobiernos han hecho un balance relativamente satisfactorio que permita enfrentar con éxito la pandemia y al mismo tiempo afectar lo menos posible las actividades del sustento de la vida diaria. México no está en este grupo de naciones, y tampoco Jalisco.El plan para enfrentar la pandemia a lo largo de este año anunciado ayer por el gobernador Enrique Alfaro Ramírez claramente muestra que las autoridades de Jalisco optaron por el predominio de las actividades económicas y productivas por encima de cuidar la vida de los jaliscienses.En efecto, el conjunto de medidas anunciadas ayer, denominado “Plan Jalisco ante la Pandemia 2021: Adaptación, convivencia y responsabilidad social”, prácticamente permite el retorno de todas las actividades productivas y de esparcimiento, a excepción del regreso a clases presenciales, aunque el gobernador prometió que en agosto “sí o sí” se permitirá el regreso a las aulas. Las medidas sanitarias que se remarcaron ayer son las que conocíamos desde hace un año: distanciamiento social, uso de cubrebocas y lavado frecuente de manos.Con esas medidas básicas, que muchos cumplen pero muchos no, se permitirá prácticamente el regreso de todas las actividades económicas y productivas, y todas las de entretenimiento y esparcimiento. También el regreso de misas en los templos. No hay ahora restricciones de horario, salvo los aforos de 50 por ciento en establecimientos comerciales y de entretenimiento, aunque en el caso del turismo se permiten ahora asistencias de hasta 66 por ciento. Esto permitirá que vuelven a funcionar casinos, salones de eventos, e incluso el regreso de aficionados a los estadios. Tan es así que la directiva de Chivas anunció que su partido contra Pumas de la UNAM el próximo 28 de febrero, ya tendrá aficionados en el estadio Akron.El plan anunciado ayer por el gobernador y otros integrantes del gabinete, avalado por todos los integrantes de la Mesa de Salud, permite todas las actividades con asistencia de menos de 300 personas. Estas medidas se toman, según el gobernador, porque se considera que hubo un manejo exitoso de los “botonazos” que se han aplicado anteriormente y que permitieron bajar el número de casos activos como de hospitalizados por COVID-19. Sin embargo, como recuerdan algunos especialistas, el relativo descenso de los últimos días supone una baja respecto al pico más alto de contagios, hospitalizaciones y muertes que tuvimos en enero pero todavía nos coloca en los indicadores que ya teníamos en diciembre, que ya eran altos comparados con los meses precedentes. El ex rector de la UdeG Víctor González Romero dio a conocer que al 11 de febrero (un día antes de anunciarse el nuevo plan) hubo mil 240 contagios, cuando el 16 de enero (tercer “botonazo”) fueron mil 677, pero más alto que al anunciarse el “botonazo” de diciembre, con mil 110 contagiados ese día, y más que los 887 contagios de octubre del año pasado, cuando se anunció un paquete de restricciones sanitarias.Dicho sin cifras: estamos todavía lejos de contener, controlar y menos de tener domada la pandemia y aún así se anuncia un plan que permite el retorno de prácticamente todas las actividades económicas y de esparcimiento, excepto el regreso a clases presenciales. Las tasas de contagios, casos activos, hospitalizaciones y muertes siguen siendo altas. Estamos a unos días de alcanzar los 10 mil fallecidos solamente en Jalisco y aún así el gobierno de Jalisco decidió priorizar la economía por encima del cuidado de la vida.En realidad lo que se hace es dejar a su suerte a cada jalisciense, a una especie de ruleta rusa que incluso puede llevar a responsabilizar a la persona que se contagie. Con el remarcado énfasis que se pone en la “responsabilidad social” en todo el plan, pareciera que el gobierno se exculpa de la responsabilidad de cuidar de todos y lo deja a la suerte de cada quien: “Si te contagias, es tu culpa”, parece ser el subtítulo del plan anunciado por el gobierno de Jalisco ayer.En resumen, el centro del plan deja el cuidado de la pandemia a la responsabilidad individual antes que un programa de salud público de obligación general, y es un plan rígido que limita el margen para hacer los cambios obligados por imprevistos de la pandemia. Lo peor del plan es que prioriza la economía por sobre el cuidado de la vida. rubenmartinmartin@gmail.com
