- Era un rey de chocolate, con nariz de cacahuate… -cantaba Juan.-¿Y ‘ora qué? ¿Por qué tan contento? -le pregunta Memo.-Nada, la Navidad está por llegar y eso me hace feliz -responde Juan.-Pos’ serás el único. Como están las cosas, no veo motivo -dice Memo y agrega-; los precios de todo van pa’rriba, la inseguridad, ni te cuento. Que dizque llevan más de treinta mil delincuentes detenidos. ¿En qué cárceles los metieron? Que las carreteras ya son seguras, que ya no hay secuestros, que se acabó el huachicol, que ya no hay corrupción, que el tal Adán Augusto es un santo… En fin, allí le paro porque si sigo lloras.-¡Ah caray! De veras traes las pilas bajas -apostilla Juan y agrega-: Memo, no hay que cerrarse, ¡hay que encontrarle el lado bueno a la vida!-Dime cómo. Se necesita ser miope para no ver lo que está sucediendo y, para acabarla de fregar, los gringos ya encontraron a su puerquito: el tal Trump aprieta y aprieta, y la presidenta afloja y afloja. Eso sí, gritando a los cuatro vientos que defenderá la soberanía (¿?) hasta con la vida. Recuerdo que otro López (Portillo) se desgañitó diciendo que defendería el peso como perro y acabo bailando tal cual -responde Memo.-Tranquilo muchacho -dice Juan-. Fíjate si no estaremos en gracia de Dios; está por terminar el año y muchos conocidos y algunos amigos ya beben agua filtrada o fueron convertidos en cenizas, mientras nosotros aquí seguimos. Gracias al IMSS-bienestar gozamos de plena salud. Los centavitos, con trabajo, pero allí van llegando y, con los apoyos del gobierno, seguramente pasaremos una Navidad disfrutando a la familia y a los amigos. En tanto, muchos países viven en medio del caos. Aquí, salvo en algunos estados, podemos andar libremente en las calles. ¡Sé positivo! La encargada del despacho ahí la lleva; ya no hay acarreos ni costosos mítines de “apoyo” y nuestra economía, según los informes oficiales, va muy bien. ¡Ve cómo ha subido el valor del peso frente al dólar! No hay más ciego que el que no quiere ver.-No, si no niego los apoyos del gobierno. A mí también me llegan, pero no dejo de ver el futuro y, la verdad, si me acuito. Los muchachos no la están haciendo aquí y mejor se quieren ir al otro lado.-Mira Memo, no me gusta verte en la depre. Tú siempre has sido optimista. Te propongo un par de cosas para subirte el ánimo: primero, que nos aprevengamos para ver el mundial de fútbol y, segundo, que la próxima vez que nos juntemos sea en La Fuente -comenta Juan riéndose.-¡Otra de esas y me voy sin pagar! -espeta Memo- Lo del mundial está de locos, los boletos valen un potosí. Lo de La Fuente sí me late, ya hace tiempo que no nos echamos un tequilita.-¡Feliz Navidad!, y no se te olvide hacerle tu cartita al niño Dios. ¡No vaya a ser que te hagan diputado! -dice Juan despidiéndose.