Los mercados constituyen la unidad social, económica y cultural del barrio donde se ubican; sobre todo en el aspecto gastronómico, pues en sus paredes se ofertan platillos tradicionales que no se localizan fácilmente. Actualmente hay 123 mercados municipales en la ZMG, 90 de ellos se encuentran en Guadalajara.A ellos llegan desde lugareños hasta turistas, quienes también tienen la oportunidad de apreciar su arquitectura estrechamente relacionada con la historia del barrio donde se ubican respectivamente; es decir, estos espacios son parte de unidades arquitectónicas, pues están rodeados por templos, plazas, entre otros espacios tradicionales. Además, sus paredes están llenas de testimonios plasmados por sus trabajadores, quienes se encargan de darles identidad... Ellos comparten anécdotas de éxito y otras curiosidades, como el hecho de que en el mercado de Atemajac se registra actividad paranormal.Como ya se mencionó, uno de los mayores atractivos de los mercados es su gastronomía, tal y como ocurre en el de Mexicaltzingo. Este sitio, pese a estar ubicado a espaldas de uno de los primeros barrios de la ciudad, el edificio donde se encuentra actualmente es de edificación reciente; ya que formó parte de un proyecto de restauración del barrio, el cual en su momento fue polémico por los altos costos en sus presupuestos, resultado de una mala planeación, tal y como lo publicó esta casa editorial el 6 de enero del 2004.Hoy en día este mercado se ha convertido en un motivo para que los tapatíos visiten el barrio homónimo, pues se come delicioso. Pese a la actualidad del edificio, el mercado comenzó funciones desde 1959, recuerda David Carvajal Limón, dueño del “Santuario de la tostada”, un local concurrido: “Nombramos el local santuario porque el templo ya tiene ésta jerarquía, se venera al señor de la penitencia. Ya no es parroquia. Llevamos desde antes del 2000, mi familia lleva en el mercado aproximadamente 50 años, desde el 67 en el anterior mercado. Cuando mi familia llegó al anterior mercado, tenía yo como menos de 10 años, lo inauguraron en 1959. Aquí he crecido. Los cambios han sido buenos… Cuando nos cambiaron de edificio, mejoró mucho la infraestructura; además, los inmuebles que nos dieron fueron de mucha calidad, por lo que se ve una mejor presentación. Viene bastante gente desde sus orígenes, desde antes que fuera mercado municipal. Antes se hacía un tianguis, manteado, alrededor del jardín, éste pertenecía al templo. La gente siempre ha acudido, principalmente por la comida. Mi familia siempre ha vendido pozole, conseguimos permiso de ambulante y comenzamos con las tostadas. Mi hermana nos pasó la receta, y sólo vendíamos los viernes, por la visita del templo, vendíamos en otras partes. Pero ya tenemos tiempo que, por la demanda de la gente, estamos desde las 7:00 am hasta las 16:00 horas, de lunes a domingo”.Considerado como uno de los centros de intercambio de alimentos más importantes del país, este espacio fue inaugurado en 1967, ese día se abrieron las puertas de más de dos mil bodegas ubicadas entre las avenidas Mariano Otero y Lázaro Cárdenas; tal y como lo señaló este medio en su portada del martes 4 de abril. Los locatarios de este sitio forman parte de la Unión de Comerciantes de Mercado de Abastos de Guadalajara (UCMA), grupo que coordina a más de mil 300 empresarios que ejercen el comercio de esta zona de la ciudad. Miles de historias de éxito se guardan por las bodegas de este mercado, y una de ellas es la de Eduardo Gutiérrez, quien desde los 14 años de edad ronda por este espacio: “Mi experiencia con el Mercado de Abastos me ha servido para crecer como persona; también ha sido una plataforma económica para cumplir metas personales y familiares. Llegué a los 14 años al mercado; trabajé como de ayudante de una oficina de bodega mientras estudiaba la preparatoria y la carrera. Estuve como 15 años con ésta empresa, ya después me pasé a otra empresa pero con otro tipo de relación; ahora tengo un negocio propio; vendo jitomates, pepinos, berenjena, morrones… Yo siento que en lo personal, yo veo un crecimiento positivo, habrá gente que opine lo contrario, pero yo aquí veo un futuro bueno en donde ya están incluidos mis hijos, y he sentado unas buenas bases para que ellos continúen con el negocio”.Se dice que este mercado, “no hay que visitarlo, hay que probarlo”. Comenzó como un mercado callejero; era una vendimia sobre Avenida Federalismo. La apertura de este espacio fue reportada por EL INFORMADOR en su edición del 30 de diciembre de 1973. En dicha nota se publicó que la construcción de este espacio tuvo un costo de 11 millones de pesos. Actualmente es conocido por sus puestos de carnitas. Como todo sitio antiguo, en él rondan leyendas paranormales, y es Alejandro Zepeda, trabajador del mercado, quien lo comparte: “Yo estoy en este mercado desde que era como un tianguis.Mi papá vendía carnitas y cuando inauguraron el edificio se hizo de un local. ¿Sabes cómo se repartieron los locales? Como iban llegando, con fichas, entonces a quien le tocó, pues le tocó. Ahora yo ayudo en varios locales. Viene muchísima gente, lo principal y lo más famoso son las carnitas, están muy ricas. La construcción del edificio donde ahora estamos comenzó casi al mismo tiempo que cuando construyeron la línea 1 del tren ligero. Pero antes, yo me acuerdo, que era más como un tianguis, un mercado sin edificio, la gente vendía en la calle, en lo que ahora es federalismo. Con el edificio pues es mejor. Aquí hay miles de historias; incluso, tenemos fantasmas. Aparecen fantasmas en el pasillo principal, a cualquier hora, todos aquí lo sabemos. Se escuchan las travesuras de niños fantasmas; y se ven pasar… Cuando esto ya está cerrado y estamos recogiendo es más fácil verlos, pues cuando el mercado está abierto, pues entre tanta gente es complicado”. Este artículo forma parte de la edición conmemorativa de los 100 Años de EL INFORMADOR. El resto de los contenidos especiales están disponibles en ESTE ESPACIO y también puedes consultar la versión hojeable digital PULSA AQUÍ.