Viernes, 19 de Diciembre 2025

Esta es la historia de Lawrence y los 200 perros que quedaron en la incertidumbre tras su muerte

El “Refugio San Vicente Guadalajara México” llegó a tener alrededor de 300 perros de todos los tamaños y razas, y por supuesto “mestizos”

Por: Rubí Bobadilla

El Refugio San Vicente está en El Campanario, Zapopan, y desde que la noticia se hizo viral, la Unidad de Protección Animal (UPA) se movilizó para conocer quién había quedado encargado del sitio, iniciando así una coordinación directa con Román. EL INFORMADOR/ R. Bobadilla

El Refugio San Vicente está en El Campanario, Zapopan, y desde que la noticia se hizo viral, la Unidad de Protección Animal (UPA) se movilizó para conocer quién había quedado encargado del sitio, iniciando así una coordinación directa con Román. EL INFORMADOR/ R. Bobadilla

Retirado de Estados Unidos, Lawrence Smith decidió hacer de Guadalajara su casa. Desde hace más de 30 años que decidió fundar su albergue, nombrado "Saint Vincent's Home Guadalajara Mexico", en español "Refugio San Vicente Guadalajara México". Comenzó en Guadalajara en 1993, en una casa frente al entonces consulado americano ubicado en la colonia Americana, después se mudó a Las Fuentes, en Zapopan y posteriormente llegó a El Campanario, en el mismo municipio.

Al número 655 de la Calle San Pedro y San Pablo llegó hace 14 años. En este nuevo albergue llegó a tener alrededor de 300 perros de todos los tamaños y razas, y por supuesto "mestizos". Muchos eran rescatados por él, pero muchos otros eran llevados por las personas quienes sabían de su labor. Incluso, abrió su página web https://saintvincentshome.org/, donde hablaba sobre su labor y su objetivo de ser "un faro de esperanza para perros abandonados y heridos". "Nos esforzamos por ofrecer atención médica, refugio y amor a los perros abandonados mientras trabajamos incansablemente para encontrarles hogares permanentes", refiere el sitio.

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EL INFORMADOR/ R. Bobadilla 
EL INFORMADOR/ R. Bobadilla 

A través de la página de recaudación del refugio, https://fundrazr.com/stvincentshome, Lawrence pedía donaciones para la operación del albergue, y era precisamente este el sustento principal de los cientos de canes de los cuales eran cargo, en su gran mayoría, provenientes de personas estadounidenses, quienes veían en el refugio una opción para que, precisamente, tuvieran una mejor vida en las calles, según cuentan quienes lo conocían.

Durante uno de sus momentos más críticos, hacia 2023, llegó Román Esquivel, quien tras la muerte de Lawrence ha sido un pilar fundamental para poder rescatar y encontrar un nuevo espacio a los perros que quedaron en el refugio tras la partida de su fundador, siempre de la mano de Lety y tres colaboradores más, quienes siempre trabajaron con Lawrence.

Román también tiene su propio albergue: Perrísimos GDL. Sin embargo, cuenta que en 2023, gracias a los vínculos que logró Lawrence con sus donadores, y precisamente a que él también operaba su propio refugio, la red de rescatistas lo contactó para poder sacar del espacio al mayor número de canes que fuera posible.

El objetivo era enviarlos a Estados Unidos con familias quienes quisieran adoptarlos, y para lo cual Roman se encargaba de ayudar a Lawrence a colocarlos, llevarlos al veterinario para aplicarles sus vacunas, desparasitarlos, arreglarles los dientes si era necesario, esterilizarlos, y una vez completos los protocolos, enviados en autobuses y vuelos especiales destinados a ello.

Así continuaron la labor, sin embargo, por distintas cuestiones, Lawrence prefirió dejar la ayuda de la red conformada, aunque esto le costó incluso perder a parte importante de sus donatarios en Estados Unidos, y ante lo cual frecuentemente pedía ayuda a la ciudadanía en general a través de las redes sociales del refugio, aunque es bien sabido que en México la cultura de la donación no es igual de importante que en México, por lo cual la ayuda recibida no era la misma, pese a que Lawrence compartía en su página de recaudación y en redes sociales, recibos de pago de agua, de luz, de comida, para transparentar el proceso.

Por el contrario, las personas en la ciudad acudían a dejarle nuevos ejemplares en el refugio de la colonia El Campanario, hasta que volvió a superar los 300 hacia finales de 2024, según el recuento de las personas quienes lo rodeaban. Una vez más Román acudió al apoyo, y tras los protocolos necesarios, tan solo entre diciembre y febrero pudo colocarse de nuevo a alrededor de un centenar de perros. Luego de eso Laurence volvió a dejar la ayuda de la red, mientras continuaba pidiendo apoyo en sus redes.

  CORTESÍA/ Refugio San Vicente
 CORTESÍA/ Refugio San Vicente

“Quedó junto a su virgen”

La casa que rentaba Lawrence para operar el refugio tiene espacios muy amplios al aire libre, donde sus colaboradores le ayudaban a construir y colocar casitas de tablas para los centenares de perros, mismas que aun se aprecian en el refugio. Al fondo están las "jaulas" que en realidad son espacios enmallados donde se encuentran los canes más "huraños" o que no conviven con el resto.

La casa "casa" ocupa apenas un cuarto del terreno, aunque igualmente habitada por los canes. Está llena de santos, vírgenes y cruces, pero en la entrada principal hay una virgen de manto azul de al menos un metro, que poco color le queda. Fue ahí, donde mencionaron los colaboradores, quedó tendido el pasado domingo el cuerpo de Lawrence, al parecer falleció de un ataque al corazón, de acuerdo con el diagnóstico que previamente le habían dado los médicos.

 CORTESÍA/ Refugio San Vicente
CORTESÍA/ Refugio San Vicente

Lawrence Smith estaba enfermo del corazón, y necesitaba una operación "a corazón abierto", pero al saber que tendría que estar en reposo y no podría estar ayudando a sus perros, decidió no someterse a ella. Algunas de las personas con quienes colaboraba señalaron que los últimos meses ya habían sido muy cansados y preocupantes para él, pues los recursos cada vez eran menos, y menos ajustaban para el refugio, el alimento y sus colaboradores. "Él ya nos decía que estaba muy, muy cansado", dijo una de las jóvenes trabajadoras.
Apenas hace una semana Lawrence publicaba:

"Es época de alegría. No tanto. Siento que vivo en la Dimensión Desconocida (…) Son casi las 9 p. m. y las fuertes explosiones están volviendo locos a mis perros. Es terrible que a unos cuantos idiotas se les permita perturbar barrios enteros con este ruido y nadie haga nada al respecto. Aún tenemos unos 200 perros rescatados bajo nuestro cuidado, pero no hemos sido adoptados. Las donaciones han ido disminuyendo poco a poco cada mes. Es difícil ver que algo mejore por aquí. Aún contamos con un par de personas amables que nos ayudan a pasar el mes con comida. Apenas puedo pagarles a nuestros trabajadores cada día. Menos mal que recibo un pequeño cheque de la seguridad social cada mes, o seguramente quebraríamos. Lamento tener que pedir siempre ayuda para alimentar a nuestros perros. No me gusta pedirle nada a nadie". (Fragmento de su publicación en Fundrazr)

Lety, su mano derecha, avisó a Román y Román de inmediato llegó al refugio para coadyuvar en lo que se requiriera. De inmediato se movilizaron para solicitar recursos no solo para despedir a Lawrence, sino para encontrar la manera de sostener a los alrededor de 200 perros que quedaron en la incertidumbre. La noticia circuló rápidamente, entre textos "amarillistas" que hablaban de la posibilidad de sacrificarlos y llamados a la acción para encontrar familias que pudieran sacarlos de ahí. Entre el lunes y el jueves 90 perros fueron extraídos del Refugio San Vicente, algunos llevados de inmediato a otros albergues, otros más acomodados en familias a quienes, quizá, la noticia y la esperanza decembrina les removió el corazón.

Decenas de costales de croquetas también han llegado al número 655 de la calle San Pedro y San Pablo para poder alimentar a los canes mientras se decide su futuro, pero todos bajo la misma idea: la prioridad es salvarles la vida y que puedan salir de este espacio, que debe ser evacuado antes del 31 de enero por solicitud de los propietarios. Román, Lety, Jimena, su hermana y un colaborador más, están trabajando sin parar durante todo el día, recibiendo alimento y a las personas quienes acuden a ver si dentro de los alrededor de 100 perros que quedan está el nuevo integrante de su familia.

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 EL INFORMADOR/ R. Bobadilla
EL INFORMADOR/ R. Bobadilla

El Ayuntamiento de Zapopan acude también al llamado

El Refugio San Vicente está en El Campanario, Zapopan, y desde que la noticia se hizo viral, la Unidad de Protección Animal (UPA) se movilizó para conocer quién había quedado encargado del sitio, iniciando así una coordinación directa con Román. Este martes el jefe de la UPA, Víctor Alfonso Villalobos Romo, acudió al refugio para entregar 10 costales de alimento, así como para analizar las condiciones de los canes, que entre su gran mayoría presentan escoriaciones en la piel y otras heridas.

Algunos necesitan ser esterilizados, y no es posible saber qué vacunas tienen o cuáles no. Por lo menos uno de ellos requerirá una cirugía de ojo, y algunos otros requerirán atención dental.

Sin embargo, dijo, en busca de colaborar con estos canes que quedaron en la incertidumbre, la UPA estará colaborando con las atenciones médicas que se puedan requerir. Debido a que no es posible realizar las intervenciones en el refugio dadas sus condiciones, los perros deberán ser llevados a la UPA para que sea en este sitio donde se puedan atender.

En este sentido, Víctor Alfonso Villalobos refirió que, aquellas personas quienes deseen colaborar y que consideren adoptar a alguno de los perros que aún se encuentran en este albergue, pueden llevar a los canes a las instalaciones de la UPA para que sea en este espacio donde se les atienda médicamente, y que al llevarlos a casa se garantice que están ya en las condiciones de tener una vida normal. Esto, mientras la Unidad permanece pendiente de las necesidades que reporte Román, según se vayan requiriendo.

"La alimentación es uno de los eslabones que tenemos que generar. También vamos a presentar el tema de la atención de salud a todos los animales que salgan de este lugar. Ya nos indicó nuestro presidente municipal, Juan José Frangie, que se les dé la atención total médica para tratar de coadyuvar en este tema, ya que creemos que es importante la salud y la integridad de todos los animalitos que se encuentran en este refugio", dijo Víctor Villalobos.

"Cualquier animalito que pueda ser adoptable, nosotros le podemos dar la atención médica, que es con lo que estaremos apoyando por medio del municipio. La idea es generar ese granito de arena. La idea es generar una acción responsable, ese es el principio. Siempre hay dos vertientes directas, pero lo principal es dar la atención médica y la alimentación, para que esto nos dé un poquito más dé tiempo para generar las adopciones responsables, que es lo importante, y que las personas que se van a quedar encabezando en este lugar, que son las más profesionales, puedan generar esa entrega voluntaria o adopción más responsablemente", finalizó el jefe de la UPA respecto a los dichos que referían que todos los canes estaban en riesgo de ser sacrificados.

¿Dónde puedo ayudar?

El refugio está abierto durante el día, en el número 655 de la calle San Pedro y San Pablo, en la colonia El Campanario, en Zapopan, a donde las personas pueden acudir a dejar alimento, suéteres para mascotas, cobijas limpias y secas y donde pueden acudir a ver a los perros que aún se encuentran disponibles en el sitio, tomando en consideración en apoyo médico que estará brindando la UPA de Zapopan para su atención médica.

También pueden generarse donativos en la cuenta CLABE 058597000029736836 de Banregio, en la 728969000011381241, ambas con el nombre de Román Esquivel Serna. Así también pueden generarse donativos mediante PayPal en PayPal.me/huellitasdiferentes.

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