Objetivamente, cualquiera diría que el América-Guadalajara de este domingo en el Estadio Azteca es un partido más. Importante, sí, por los tres puntos en disputa; atractivo, desde el ángulo americanista, porque una derrota del Cruz Azul, hoy en Pachuca, combinada con una victoria de los cremas, mañana, provocaría un empate de los dos equipos capitalinos en la cima del tabulador; atractivo, desde el ángulo rojiblanco, porque el triunfo sacaría a las “Chivas” de las zona de mediocridad y las proyectaría a la de clasificación para la “Liguilla”, desde la que hay opción, en automático, a esperar un milagro en el verdadero campeonato…Sin embargo, el América-Guadalajara es un “Clásico”. Y un “Clásico” - ¿quién lo ignora...? - va más allá del terreno de la objetividad. *En los medios se ha machacado mucho el tema de las derrotas sufridas por los protagonistas del partido más atractivo de la jornada, en sus encuentros de media semana. En el asunto hay un poco de morbo… y un poco también, quizá, de afán por calentar artificialmente un partido que no necesita de truculencias publicitarias para poner el caldero en ebullición con la simple colocación de los nombres de los equipos en la marquesina.Que americanistas y rayados acariciaran la posibilidad de aproximarse a la Final de la Copa, se entiende. Sin embargo, de la misma manera que se dice que “pa’l buen cazador, cualquier lagartijo es pieza”, también se dice lo contrario: que “cualquier lagartijo es pieza… pa’l mal cazador”. *En todo caso, las derrotas de América ante Ciudad Juárez (de la Liga de Ascenso, y en la mismísima cancha del Estadio Azteca) y de Guadalajara ante los “Pumas” (también en calidad de local), tienen una dimensión relativa. La mejor prueba de ello, independientemente de las declaraciones de directivos técnicos y jugadores y de los desahogos de los aficionados, frustrados por esos descalabros, está en el hecho de que los equipos de Primera División emplean ordinariamente -como fue el caso de cremas y rayados- cuadros “alternativos”. Suplentes, para decirlo sin eufemismos.*La Copa, pues, no pasa de ser un compromiso que permite a los equipos de Primera D ivisión llenar el expediente de cualquier manera. Hacerse tontos, con la excusa de “dar minutos” -como ahora se dice- a los reservistas… y atole con el dedo a los aficionados. Un “Clásico” es otra cosa. Un “Clásico” va en serio.
