Cultura
Almudena Grandes recupera la memoria antifranquista
La escritora presenta Inés y la alegría, la primera entrega de seis novelas pertenecientes al proyecto Episodios de una guerra interminable
CIUDAD DE MÉXICO (31/OCT/2010).- La historia de los guerrilleros antifranquistas que atravesaron los Pirineos para invadir el Valle de Arán en 1944, fue descubierta en 2005 por la escritora Almudena Grandes, cuando escribía su novela El corazón helado, posteriormente la pensó como un guión para cine, pero finalmente se convirtió en su nueva novela, que lleva por título Inés y la alegría.
La publicación editada por Tusquets es la primera entrega de un proyecto narrativo integrado por seis novelas independientes que “comparten espíritu” inscritas como Episodios de una guerra interminable, título que lo vincula directamente a los Episodios Nacionales, de Benito Pérez Galdós, autor a quien Almudena Grandes admira desde que lo leyó por primera vez a los 15 años de edad.
Sin embargo, después de analizarlo, Grandes pensó que el título resultaría paradójico y explica porqué: “En la época en que Galdós escribía ‘nacional’, quería decir que afectaba a todos los españoles y desde el momento en que Franco llamó a su bando el Ejército Nacional, se empezaron a llamar ellos ‘los nacionales’. El adjetivo se desvirtuó porque aunque debería afectar a todos los españoles, se convirtió en el nombre de sólo la mitad. Entonces, si hubiera puesto Nuevos episodios nacionales, habría resultado paradójico y estuve a punto, porque creo que ‘nacional’ es un adjetivo que tenemos que recuperar… pero vamos, quizá el sitio no sea para el título de una serie de novelas”.
Junto a los acontecimientos históricos que sucedieron en la realidad durante la invasión del Valle de Arán, Almudena Grandes completa la historia con el romance que se desarrolla entre Inés, una joven nacida en el seno de una familia acomodada y hermana de uno de los miembros de Falange y Galán, un comandante del Ejército de la Unión Nacional.
“Descubrí historias de la posguerra que me gustaron mucho, pero que ya no podía meter en El corazón helado, así que cuando terminé la novela y no sabía qué hacer se me ocurrió la historia de Arán, que descubrí casi por casualidad; me llamó mucho la atención porque era tan grande para ser desconocida”, cuenta la narradora.
Desde el principio, la escritora supo qué historia quería contar. “Desde el primer momento lo que vi era una mujer a caballo que llevaba una pistola y unos kilos de donas”.
Sin embargo, no tenía clara la idea de cómo quería contarla aún teniendo un argumento. La autora explica que esa imagen de la mujer a caballo la llevó a pensar en una escena del western, por lo que primero pensó en hacer una película, “dije, ‘vamos hacer un guión de cine, va haber mucha acción, muchos tiros’. La propia imagen me llevaba a un western, intenté hacerlo, pero fue complicado, me salió una película muy larga y muy cara”.
Lo suyo es hacer novelas
Después de año y medio de batallar en la construcción del guión, Grandes advirtió que contar dicha historia en una película sería complicado, “comprendí que me había equivocado, que iba a ser imposible, entendí que lo mío es hacer novelas, además tenía historias de la posguerra que había descubierto y me gustaban tanto, suficientes para escribir varias novelas”, cuenta la autora de Las edades de Lulú sobre la serie de historias que abarcarán desde 1939 hasta 1964 la lucha permanente de la resistencia antifranquista.
Un compromiso con la historia
Para la escritora española, dichos episodios que exploran y exteriorizan la lucha antifranquista son como operaciones de rescate. “Yo lo tomo así y de alguna manera voy a llenar ese hueco que la historia no ha hecho. La historia no ha reconocido su deuda con los luchadores contra la dictadura y la literatura me permite asumir ese compromiso que las instituciones no han tomado”.
En ese sentido, asegura que “la literatura permite interpretar y rellenas huecos que la historia no puede llenar”, en especial si se trata de una época como la que se evoca en Inés y la alegría, que tendrá siempre lagunas porque los protagonistas de la historia murieron sin poder dar su versión.
En Inés y la alegría, Almudena Grandes interpreta desde su perspectiva este episodio histórico; no obstante, explica que su compromiso con la historia estuvo presente todo el tiempo.
“El realismo no sólo es una opción, es un compromiso con la realidad, cuando escribes sobre un hecho real, de la misma manera que es lícito que te tomes ciertas libertades, tienes que mantener ciertas lealtades”, asegura.
El presente proyecto narrativo que ahora la ocupa significa un privilegio a su carrera como escritora, ya que tendrá trabajo, cuando menos hasta 2017 o 2018. Mientras tanto, ya ha finalizado el segundo libro de esta entrega, El lector de Julio Verne. La guerrilla de Cencerro y el Trienio del Terror, Jaén.
Homenaje a las mujeres republicanas
La reciente publicación también es un homenaje a Galdós y a las mujeres republicas, según Grandes. “Mujeres que siempre me han parecido admirables porque no tenían tanta información o bagaje para triunfar en la vida y fueron capaces de prosperar en condiciones de hostilidad monstruosas e inculcaron en sus hijos el amor por unos padres ausentes”.
Y como en otros títulos de la columnista del diario español El País, el Amor con mayúsculas y el sexo tienen su rol protagónico. “Meto siempre el sexo en mis novelas porque me parece que es una dimensión fundamental de los seres humanos. En mis novelas, el amor y las personas sin sexo son personas temibles, y a mí siempre me interesa la sexualidad de mis personajes”.
La publicación editada por Tusquets es la primera entrega de un proyecto narrativo integrado por seis novelas independientes que “comparten espíritu” inscritas como Episodios de una guerra interminable, título que lo vincula directamente a los Episodios Nacionales, de Benito Pérez Galdós, autor a quien Almudena Grandes admira desde que lo leyó por primera vez a los 15 años de edad.
Sin embargo, después de analizarlo, Grandes pensó que el título resultaría paradójico y explica porqué: “En la época en que Galdós escribía ‘nacional’, quería decir que afectaba a todos los españoles y desde el momento en que Franco llamó a su bando el Ejército Nacional, se empezaron a llamar ellos ‘los nacionales’. El adjetivo se desvirtuó porque aunque debería afectar a todos los españoles, se convirtió en el nombre de sólo la mitad. Entonces, si hubiera puesto Nuevos episodios nacionales, habría resultado paradójico y estuve a punto, porque creo que ‘nacional’ es un adjetivo que tenemos que recuperar… pero vamos, quizá el sitio no sea para el título de una serie de novelas”.
Junto a los acontecimientos históricos que sucedieron en la realidad durante la invasión del Valle de Arán, Almudena Grandes completa la historia con el romance que se desarrolla entre Inés, una joven nacida en el seno de una familia acomodada y hermana de uno de los miembros de Falange y Galán, un comandante del Ejército de la Unión Nacional.
“Descubrí historias de la posguerra que me gustaron mucho, pero que ya no podía meter en El corazón helado, así que cuando terminé la novela y no sabía qué hacer se me ocurrió la historia de Arán, que descubrí casi por casualidad; me llamó mucho la atención porque era tan grande para ser desconocida”, cuenta la narradora.
Desde el principio, la escritora supo qué historia quería contar. “Desde el primer momento lo que vi era una mujer a caballo que llevaba una pistola y unos kilos de donas”.
Sin embargo, no tenía clara la idea de cómo quería contarla aún teniendo un argumento. La autora explica que esa imagen de la mujer a caballo la llevó a pensar en una escena del western, por lo que primero pensó en hacer una película, “dije, ‘vamos hacer un guión de cine, va haber mucha acción, muchos tiros’. La propia imagen me llevaba a un western, intenté hacerlo, pero fue complicado, me salió una película muy larga y muy cara”.
Lo suyo es hacer novelas
Después de año y medio de batallar en la construcción del guión, Grandes advirtió que contar dicha historia en una película sería complicado, “comprendí que me había equivocado, que iba a ser imposible, entendí que lo mío es hacer novelas, además tenía historias de la posguerra que había descubierto y me gustaban tanto, suficientes para escribir varias novelas”, cuenta la autora de Las edades de Lulú sobre la serie de historias que abarcarán desde 1939 hasta 1964 la lucha permanente de la resistencia antifranquista.
Un compromiso con la historia
Para la escritora española, dichos episodios que exploran y exteriorizan la lucha antifranquista son como operaciones de rescate. “Yo lo tomo así y de alguna manera voy a llenar ese hueco que la historia no ha hecho. La historia no ha reconocido su deuda con los luchadores contra la dictadura y la literatura me permite asumir ese compromiso que las instituciones no han tomado”.
En ese sentido, asegura que “la literatura permite interpretar y rellenas huecos que la historia no puede llenar”, en especial si se trata de una época como la que se evoca en Inés y la alegría, que tendrá siempre lagunas porque los protagonistas de la historia murieron sin poder dar su versión.
En Inés y la alegría, Almudena Grandes interpreta desde su perspectiva este episodio histórico; no obstante, explica que su compromiso con la historia estuvo presente todo el tiempo.
“El realismo no sólo es una opción, es un compromiso con la realidad, cuando escribes sobre un hecho real, de la misma manera que es lícito que te tomes ciertas libertades, tienes que mantener ciertas lealtades”, asegura.
El presente proyecto narrativo que ahora la ocupa significa un privilegio a su carrera como escritora, ya que tendrá trabajo, cuando menos hasta 2017 o 2018. Mientras tanto, ya ha finalizado el segundo libro de esta entrega, El lector de Julio Verne. La guerrilla de Cencerro y el Trienio del Terror, Jaén.
Homenaje a las mujeres republicanas
La reciente publicación también es un homenaje a Galdós y a las mujeres republicas, según Grandes. “Mujeres que siempre me han parecido admirables porque no tenían tanta información o bagaje para triunfar en la vida y fueron capaces de prosperar en condiciones de hostilidad monstruosas e inculcaron en sus hijos el amor por unos padres ausentes”.
Y como en otros títulos de la columnista del diario español El País, el Amor con mayúsculas y el sexo tienen su rol protagónico. “Meto siempre el sexo en mis novelas porque me parece que es una dimensión fundamental de los seres humanos. En mis novelas, el amor y las personas sin sexo son personas temibles, y a mí siempre me interesa la sexualidad de mis personajes”.