Cultura
Álvaro Enrigue gana en 'Muerte súbita'
El escritor nacido en esta ciudad se hace acreedor de uno de los premios más prestigiosos en habla hispana. En exclusiva publicamos un fragmento de la obra ganadora
GUADALAJARA, JALISCO (05/NOV/2013).- Para Álvaro Enrigue, galardonado con el XXXI Premio Herralde de Novela por Muerte súbita (presentada bajo el pseudónimo de Hamilton y el título Patrón de todos los que estamos tristes), la novela es una forma de vaciar la experiencia humana; su forma es infinita, indiferente a las reglas. En ese incesante verter literario y en esa constante experimentación, el escritor urdió una historia en la que se cuenta un duelo de tenis que traban el pintor italiano Caravaggio y el poeta español Quevedo.
Premiada por un jurado compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, la novela se impuso a 476 obras presentadas, las participación más alta de la historia del galardón convocado por Editorial Anagrama y dotado con 18 mil euros (más de 300 mil pesos). En Muerte súbita, cuyo tiempo transcurre el 4 de octubre de 1599, en las canchas de tenis públicas de plaza Navona, en Roma, se encuentran Caravaggio y Quevedo. Para realizar este trabajo, Enrigue se adentró en la forma de ver el mundo de ambos artistas. Rastreó también la primera vez que se citó la palabra tenis. La encontró en 1451, más de un siglo antes del nacimiento del pintor barroco —que era un excelente tenista— y del poeta ibérico.
PARA SABER
Publicaciones de Enrigue
“El cementerio de las sillas”
“Decencia”
“Hipotermia”
”Vidas perpendiculares”
“Valiente clase media Dinero, letras y cursilería”
SABER MÁS
Otros ganadores
2012 “Karnaval”, de Juan Francisco Ferré
2011 “Los Living”, de Martín Caparrós
2010 “Tres ataúdes blancos”, de Antonio Ungar
2009 “La vida antes de marzo”, de Manuel Gutiérrez Aragón
2008 “Casi nunca”, de Daniel Sada
EL DATO
Montos y premios
Premio Tusquets Editores de Novela: 20 mil euros (alrededor de 350 mil pesos)
Premio Alfaguara de Novela: 175 mil dólares (más de dos millones de pesos)
Premio Planeta de Novela: 601 mil euros (más de 10 millones y medio de pesos)
| FRAGMENTO
- "Muerte súbita", de Álvaro Enrigue
El registro escrito más antiguo de la palabra «tenis» no se refiere a los zapatos diseñados para hacer ejercicio, sino al deporte del que deriva el término y que fue, con el esgrima – su primo hermano–, el primero que demandó un calzado particular para ser jugado.
En 1451 Edmund Lacey, obispo de Exeter, Inglaterra, definió el juego con la misma ira sorda con que mi madre se refería a mis tenis Converse de juventud, siempre al borde de la desintegración: Ad ludum pile vulgaritem tenys nucupatum. En el edicto de Lacey la palabra «tenys» – en vernáculo– está asociada a frases con el olor ácido de los expedientes judiciales: Prophanis colloquiis et iuramentis, vanis et sepissime periuriis illicitis, sepius rixas.
En la colegiata de Santa María de Exeter un grupo de novicios había estado utilizando la galería techada del claustro para jugar partidos contra los muchachos del pueblo.
El tenis de entonces era mucho más violento y ruidoso que el nuestro: unos atacaban, otros defendían, no había ni red ni líneas, los puntos se ganaban con las uñas y a mordidas, clavando la bola en una buchaca. Como era un deporte inventado por monjes mediterráneos, tenía con notaciones salvíficas: atacaban los ángeles, defendían los demonios. Era un asunto de muerte y ultratumba. La pelota como alegoría del espíritu que va y viene entre el bien y el mal intentando colarse al cielo; los mensajeros luciferinos atajándola. El alma desgarrada, como mis tenis.
El rijoso pintor barroco Michelangelo Merisi da Caravaggio, aficionadísimo al juego, vivó sus últimos años en el exilio por haber dejado a un contrincante atravesado a espada en una cancha de tenis. La calle en la que sucedió el crimen todavía se llama «via della pallacorda» – «calle de la red y la pelota»– en memoria del incidente. Fue condenado a muerte por decapitación en Roma y pasó años viviendo a salto de mata entre Nápoles, Sicilia y la isla de Malta. Pintaba, entre comisión y comisión, aterradores cuadros sobre decapitaciones en los que él mismo era el modelo de las cabezas cortadas. Se los mandaba al papa o a sus personeros, como una entrega simbólica que provocara su indulto. Lo apuñaló luego a él mismo un sicario de los caballeros de Malta, a los treinta y nueve años, en la playa toscana de Porto Ercole. Aunque era un prodigio con la espada y el puñal como lo fue con los pinceles y las raquetas, la sífilis alucinatoria y el saturnismo le impidieron defenderse. Sepiu rixas. Ya había sido indultado y se dirigía por fin de vuelta a Roma.
Cortesía Editorial Anagrama
Premiada por un jurado compuesto por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, la novela se impuso a 476 obras presentadas, las participación más alta de la historia del galardón convocado por Editorial Anagrama y dotado con 18 mil euros (más de 300 mil pesos). En Muerte súbita, cuyo tiempo transcurre el 4 de octubre de 1599, en las canchas de tenis públicas de plaza Navona, en Roma, se encuentran Caravaggio y Quevedo. Para realizar este trabajo, Enrigue se adentró en la forma de ver el mundo de ambos artistas. Rastreó también la primera vez que se citó la palabra tenis. La encontró en 1451, más de un siglo antes del nacimiento del pintor barroco —que era un excelente tenista— y del poeta ibérico.
PARA SABER
Publicaciones de Enrigue
“El cementerio de las sillas”
“Decencia”
“Hipotermia”
”Vidas perpendiculares”
“Valiente clase media Dinero, letras y cursilería”
SABER MÁS
Otros ganadores
2012 “Karnaval”, de Juan Francisco Ferré
2011 “Los Living”, de Martín Caparrós
2010 “Tres ataúdes blancos”, de Antonio Ungar
2009 “La vida antes de marzo”, de Manuel Gutiérrez Aragón
2008 “Casi nunca”, de Daniel Sada
EL DATO
Montos y premios
Premio Tusquets Editores de Novela: 20 mil euros (alrededor de 350 mil pesos)
Premio Alfaguara de Novela: 175 mil dólares (más de dos millones de pesos)
Premio Planeta de Novela: 601 mil euros (más de 10 millones y medio de pesos)
| FRAGMENTO
- "Muerte súbita", de Álvaro Enrigue
El registro escrito más antiguo de la palabra «tenis» no se refiere a los zapatos diseñados para hacer ejercicio, sino al deporte del que deriva el término y que fue, con el esgrima – su primo hermano–, el primero que demandó un calzado particular para ser jugado.
En 1451 Edmund Lacey, obispo de Exeter, Inglaterra, definió el juego con la misma ira sorda con que mi madre se refería a mis tenis Converse de juventud, siempre al borde de la desintegración: Ad ludum pile vulgaritem tenys nucupatum. En el edicto de Lacey la palabra «tenys» – en vernáculo– está asociada a frases con el olor ácido de los expedientes judiciales: Prophanis colloquiis et iuramentis, vanis et sepissime periuriis illicitis, sepius rixas.
En la colegiata de Santa María de Exeter un grupo de novicios había estado utilizando la galería techada del claustro para jugar partidos contra los muchachos del pueblo.
El tenis de entonces era mucho más violento y ruidoso que el nuestro: unos atacaban, otros defendían, no había ni red ni líneas, los puntos se ganaban con las uñas y a mordidas, clavando la bola en una buchaca. Como era un deporte inventado por monjes mediterráneos, tenía con notaciones salvíficas: atacaban los ángeles, defendían los demonios. Era un asunto de muerte y ultratumba. La pelota como alegoría del espíritu que va y viene entre el bien y el mal intentando colarse al cielo; los mensajeros luciferinos atajándola. El alma desgarrada, como mis tenis.
El rijoso pintor barroco Michelangelo Merisi da Caravaggio, aficionadísimo al juego, vivó sus últimos años en el exilio por haber dejado a un contrincante atravesado a espada en una cancha de tenis. La calle en la que sucedió el crimen todavía se llama «via della pallacorda» – «calle de la red y la pelota»– en memoria del incidente. Fue condenado a muerte por decapitación en Roma y pasó años viviendo a salto de mata entre Nápoles, Sicilia y la isla de Malta. Pintaba, entre comisión y comisión, aterradores cuadros sobre decapitaciones en los que él mismo era el modelo de las cabezas cortadas. Se los mandaba al papa o a sus personeros, como una entrega simbólica que provocara su indulto. Lo apuñaló luego a él mismo un sicario de los caballeros de Malta, a los treinta y nueve años, en la playa toscana de Porto Ercole. Aunque era un prodigio con la espada y el puñal como lo fue con los pinceles y las raquetas, la sífilis alucinatoria y el saturnismo le impidieron defenderse. Sepiu rixas. Ya había sido indultado y se dirigía por fin de vuelta a Roma.
Cortesía Editorial Anagrama