Cultura
José María Arreola presentará su novela
El baterista mexicano presenta su novela 'Aire en espera' en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil
CIUDAD DE MÉXICO.- José María Arreola pasó de la música a la literatura con tal naturalidad que las confluencias entre la interpretación de la batería -instrumento que toca desde hace muchos años- y la escritura de su primera novela "Aire en espera", se dieron de forma aterciopelada, cuidando el ritmo y los silencios en la historia de Archibaldo, un personaje "enloquecido" que padece todos los trastornos mentales que el hombre es capaz de padecer.
Con la sensibilidad a flor de piel, el baterista mexicano asegura que en esta primera novela que presentará este domingo 15, a las 14:30 horas en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil ( FILIJ), se interesó en dotarla de un ritmo muy musical.
Chema Arreola, escribía una frase, un párrafo o una página y escuchaba cuál era la musicalidad que tenía. "Sé que es una aspiración poderlo unir todo, pero buscaba que el ritmo fuera más frenético cada vez en términos de la propia historia que plantea este regreso del personaje al mejor lugar posible que es la infancia; yo trataba de tener siempre en cuenta esta noción del ritmo, de hecho la escribí con música alrededor de mi, era imposible hacerlo de otra manera".
Así fue construyendo su novela corta "Aire en espera", que publica Rhythm&books, en la que relata la historia de Archibaldo, un personaje que un buen día aparece en un edificio llamado El Rosario y se enclaustra en un departamento. "Este hombre se convierte en una especie de cáncer para los demás habitantes. Empieza a alterar el orden de los vecinos y el orden de la estructura del edificio".
En esta primera ficción que escribe Chema, hay otros niveles de lectura que convierten a la novela es un divertimento donde pudo plasmar muchas de las enfermedades mentales que pueden sufrir las personas, para lo cual incluso se puso a leer el manual de casos de siquiatría con el fin de entender un poco todos esos trastornos que quería plasmar en Archibaldo y hacerlo con una gran carga de humor negro, denso y a veces ligero.
"La misma historia tiene una estructura que alude a estas unidades de departamentos como cajas de encierro, de paranoia, de claustrofobia, de todo eso que va experimentando el personaje principal y en los que contagia a todos los personajes que lo rodean, incluido el mismo edificio", señala el músico y ahora narrador.
A partir de su convicción de que la literatura es ritmo y de que escribir bien es intentar en la medida de lo posible tener el ritmo de las palabras, de la estructura de las frases y de los enunciados, el nieto de Juan José Arreola asegura que buscó todo el tiempo el ritmo del que aprendió mucho en el ensayo de Octavio Paz "El arco y la lira" dedicado justamente al ritmo y lo pone como una de las partes esenciales no solo de la poesía sino de la escritura.
"El silencio es una de las cosas más importantes de la literatura y de la música, quien sabe manejar el silencio está del otro lado. Quiero suponer que manejé bien los silencios, a veces me cuesta trabajo cuando se trata de la batería porque me apasiono demasiado, pero en la novela me ayudó el ilustrador quien tuvo un gran control del silencio, apoyado por el diseño editorial. Hay mucho silencio de la ilustración y los acentos precisos están donde deben estar; hay páginas muy bien construidas. El silencio sería también para mi en este caso editar, edité mucho, fue como saber apagar ciertos instrumentos del párrafo", señala el músico.
Desde niño; José María quería un personaje que se llamara Archibaldo y que tuviera los trastornos nerviosos personales que tienen que ver con la batería. "Yo quería encontrarme con esta posibilidad de escribir y relacionarlo con el ritmo y los personajes rítmicos. Tenía muchas ganas de contar cómo a un personaje padece todas las enfermedades psiquiátricas conocidas".
Así le dio vida a Archibaldo, ese hombre bomba que está a punto de estallar en todo momento; un hombre que un día amanece con trastornos compulsivos y al otro día es un maniaco depresivo o bipolar, ese que un día después tiene un delirio de persecución o una esquizofrenia.
Inquieto como todo baterista, Arreola sentó a escribir la historia en 2008, en medio de sus actividades musicales y de la página del Vive Latino; luego encontró la editorial Rhythm&books, que dirige Elena Santibañez y que tiene como finalidad editar a músicos que escriben. Así se unió al catálogo en el que Carlos Avilez, el vocalista de la Cuca, publico su cuento "Una historia como cualquier otra" y donde Pascual Reyes, integrante de San Pascualito Rey publicó su poemario "Corazón minado".
"La historia de este domingo en la FILIJ será como meter el pie por primera vez a la alberca, lo que vamos a hacer es presentar los libros de los primeros tres autores, con ilustradores y autores del prólogo; en mi caso fue Fernando Rivera Calderón, lo elegí porque es un músico que admiro y tiene una vena multidisciplinaria".
"Aire en espera" se presentará también el 4 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y el 28 de enero, tendrá su presentación en el Centro Cultural de España.
Con la sensibilidad a flor de piel, el baterista mexicano asegura que en esta primera novela que presentará este domingo 15, a las 14:30 horas en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil ( FILIJ), se interesó en dotarla de un ritmo muy musical.
Chema Arreola, escribía una frase, un párrafo o una página y escuchaba cuál era la musicalidad que tenía. "Sé que es una aspiración poderlo unir todo, pero buscaba que el ritmo fuera más frenético cada vez en términos de la propia historia que plantea este regreso del personaje al mejor lugar posible que es la infancia; yo trataba de tener siempre en cuenta esta noción del ritmo, de hecho la escribí con música alrededor de mi, era imposible hacerlo de otra manera".
Así fue construyendo su novela corta "Aire en espera", que publica Rhythm&books, en la que relata la historia de Archibaldo, un personaje que un buen día aparece en un edificio llamado El Rosario y se enclaustra en un departamento. "Este hombre se convierte en una especie de cáncer para los demás habitantes. Empieza a alterar el orden de los vecinos y el orden de la estructura del edificio".
En esta primera ficción que escribe Chema, hay otros niveles de lectura que convierten a la novela es un divertimento donde pudo plasmar muchas de las enfermedades mentales que pueden sufrir las personas, para lo cual incluso se puso a leer el manual de casos de siquiatría con el fin de entender un poco todos esos trastornos que quería plasmar en Archibaldo y hacerlo con una gran carga de humor negro, denso y a veces ligero.
"La misma historia tiene una estructura que alude a estas unidades de departamentos como cajas de encierro, de paranoia, de claustrofobia, de todo eso que va experimentando el personaje principal y en los que contagia a todos los personajes que lo rodean, incluido el mismo edificio", señala el músico y ahora narrador.
A partir de su convicción de que la literatura es ritmo y de que escribir bien es intentar en la medida de lo posible tener el ritmo de las palabras, de la estructura de las frases y de los enunciados, el nieto de Juan José Arreola asegura que buscó todo el tiempo el ritmo del que aprendió mucho en el ensayo de Octavio Paz "El arco y la lira" dedicado justamente al ritmo y lo pone como una de las partes esenciales no solo de la poesía sino de la escritura.
"El silencio es una de las cosas más importantes de la literatura y de la música, quien sabe manejar el silencio está del otro lado. Quiero suponer que manejé bien los silencios, a veces me cuesta trabajo cuando se trata de la batería porque me apasiono demasiado, pero en la novela me ayudó el ilustrador quien tuvo un gran control del silencio, apoyado por el diseño editorial. Hay mucho silencio de la ilustración y los acentos precisos están donde deben estar; hay páginas muy bien construidas. El silencio sería también para mi en este caso editar, edité mucho, fue como saber apagar ciertos instrumentos del párrafo", señala el músico.
Desde niño; José María quería un personaje que se llamara Archibaldo y que tuviera los trastornos nerviosos personales que tienen que ver con la batería. "Yo quería encontrarme con esta posibilidad de escribir y relacionarlo con el ritmo y los personajes rítmicos. Tenía muchas ganas de contar cómo a un personaje padece todas las enfermedades psiquiátricas conocidas".
Así le dio vida a Archibaldo, ese hombre bomba que está a punto de estallar en todo momento; un hombre que un día amanece con trastornos compulsivos y al otro día es un maniaco depresivo o bipolar, ese que un día después tiene un delirio de persecución o una esquizofrenia.
Inquieto como todo baterista, Arreola sentó a escribir la historia en 2008, en medio de sus actividades musicales y de la página del Vive Latino; luego encontró la editorial Rhythm&books, que dirige Elena Santibañez y que tiene como finalidad editar a músicos que escriben. Así se unió al catálogo en el que Carlos Avilez, el vocalista de la Cuca, publico su cuento "Una historia como cualquier otra" y donde Pascual Reyes, integrante de San Pascualito Rey publicó su poemario "Corazón minado".
"La historia de este domingo en la FILIJ será como meter el pie por primera vez a la alberca, lo que vamos a hacer es presentar los libros de los primeros tres autores, con ilustradores y autores del prólogo; en mi caso fue Fernando Rivera Calderón, lo elegí porque es un músico que admiro y tiene una vena multidisciplinaria".
"Aire en espera" se presentará también el 4 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y el 28 de enero, tendrá su presentación en el Centro Cultural de España.