Cultura
La historia de un gran personaje
'Otra máscara de Esperanza', de Adriana González Mateos, engloba una historia como pocas, la de Esperanza López Mateos
GUADALAJARA, JALISCO (17/FEB/2015).- Pocos personajes se han visto rodeados de tanto misterio en la literatura nacional como Esperanza López Mateos, hermana de quien fuera presidente del país a fines de los cincuenta pero, también, cuñada del fotógrafo Gabriel Figueroa y traductora de las novelas firmadas por el no menos desconocido B. Traven; así, este personaje no escapó al interés de la narradora mexicana Adriana González Mateos quien, con “Otra máscara de Esperanza” (Océano, 2015), hace de la historia de esta mujer una novela donde todo se desencadena a partir de su muerte, ocurrida en circunstancias extrañas.
La escritora admite que parte de su curiosidad nace porque su protagonista fue prima de su abuelo y, por tanto, “escuché historias dispersas acerca de ella; pero supe que fue la traductora de las novelas de Traven que son importantes para la literatura nacional e incluso dieron pie a la filmación de películas, lo que me admiró fue que fueron leídas aquí porque ella lo hizo posible”.
Una dama poco convencional
Al investigar, González Mateos descubrió “una vida muy poco convencional, porque fue una mujer alpinista, le gustaba explorar, salir de cacería y, a un tiempo, era sumamente culta y sabía idiomas; una imagen distinta de la que tenemos de nuestras abuelas. De igual modo, fue activista, cercana a Lombardo Toledano y se comprometió con movimientos sociales como el conflicto de los mineros de Nueva Rosita (Coahuila), como se cuenta en la novela”.
Todo lo anterior, la escritora no lo sabía y debió realizar una investigación a fondo, pero el detalle fundamental que hace nacer la novela es “que murió de un tiro en la cabeza y, aunque se alegó suicidio muchos no estaban convencidos y eso generó muchas dudas”; así, al cotejar entrevistas y la declaración del médico legista, y sus contradicciones, “y fue ahí que pensé que eso debía ser el punto de partida del libro”.
Novela y nuevas preguntas
En palabras de González Mateos, la novela –a diferencia del reportaje o el ensayo– “me permitió explorar posibilidades que, de otra forma, serían muy difíciles; una investigación habría requerido de otras pesquisas y detalles, y la novela permite imaginar las peculiaridades de una historia que no consta en documentos sólidos”.
Asombrada por la buena recepción del libro a pocas semanas de salir al mercado, la narradora comenta que “una novela es algo que toma mucho tiempo y la investigación no fue sencilla; ahora, con la publicación, lo que me encanta es que la historia encuentra muchas respuestas y que muchos detalles nuevos surgen a partir de otros testimonios que, claro, despiertan nuevas preguntas”.
Todo surge de sospechas
El libro se estructura como una novela policiaca que parte del hallazgo del cadáver y la pregunta que motiva la investigación; dice la autora que “en este proceso, empecé a encontrar detalles terribles, como la marcha de mineros que a pie vinieron al DF desde Coahuila y que, al ser declarado ilegal el movimiento, son enviados de vuelta en un tren que no abordan y después descarrila, lo que se interpretó como un intento de matarlos; eso pasó semanas antes de la muerte y era el contexto que permitió que se sospechara tanto y se pusiera en tela de juicio la versión oficial”.
Pero esto no es todo, la narradora permite que encontremos la voz de su personaje en la novela y que el amor entre en juego a través de unas cartas; “me fascinó la posibilidad –que se rumoró– de que no sólo tradujera las novelas de Traven sino que, también, hubiera vivido una relación con él; Traven la extrañó mucho después de la muerte y su diálogo implicaba no sólo un compromiso político sino la literatura. Es fascinante que, entonces, se sospechara que la novelista era ella y que había inventado al misterioso extranjero; aunque el juego que mantuvo a Traven encubierto siempre contó con la colaboración de Esperanza”.
PERFIL
Experimentada narradora y ensayista
Estudió letras modernas en el ITESM, literatura comparada en la UNAM y el doctorado en El Colegio de México. Ha sido traductora de poesía estadunidense; guionista de radio y televisión. Colaboró en la revista Casa del Tiempo, La Jornada Semanal y el suplemento Sábado. Fue becaria del FONCA (1992) y de la Fulbright (1995), Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen (1995), Premio de Traducción de Poesía (1996, con Myriam Moscona) por “La música del desierto”, de Williams Carlos Williams, y Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (1996) por “Borges y Escher: un doble recorrido del laberinto”. Asimismo, ha publicado el libro de relatos “Cuentos para ciclistas y jinetes” (Aldus, 1995) y las novelas “El lenguaje de las orquídeas” (Tusquets, 2007) y “Otra máscara de Esperanza” (Océano, 2015).
La escritora admite que parte de su curiosidad nace porque su protagonista fue prima de su abuelo y, por tanto, “escuché historias dispersas acerca de ella; pero supe que fue la traductora de las novelas de Traven que son importantes para la literatura nacional e incluso dieron pie a la filmación de películas, lo que me admiró fue que fueron leídas aquí porque ella lo hizo posible”.
Una dama poco convencional
Al investigar, González Mateos descubrió “una vida muy poco convencional, porque fue una mujer alpinista, le gustaba explorar, salir de cacería y, a un tiempo, era sumamente culta y sabía idiomas; una imagen distinta de la que tenemos de nuestras abuelas. De igual modo, fue activista, cercana a Lombardo Toledano y se comprometió con movimientos sociales como el conflicto de los mineros de Nueva Rosita (Coahuila), como se cuenta en la novela”.
Todo lo anterior, la escritora no lo sabía y debió realizar una investigación a fondo, pero el detalle fundamental que hace nacer la novela es “que murió de un tiro en la cabeza y, aunque se alegó suicidio muchos no estaban convencidos y eso generó muchas dudas”; así, al cotejar entrevistas y la declaración del médico legista, y sus contradicciones, “y fue ahí que pensé que eso debía ser el punto de partida del libro”.
Novela y nuevas preguntas
En palabras de González Mateos, la novela –a diferencia del reportaje o el ensayo– “me permitió explorar posibilidades que, de otra forma, serían muy difíciles; una investigación habría requerido de otras pesquisas y detalles, y la novela permite imaginar las peculiaridades de una historia que no consta en documentos sólidos”.
Asombrada por la buena recepción del libro a pocas semanas de salir al mercado, la narradora comenta que “una novela es algo que toma mucho tiempo y la investigación no fue sencilla; ahora, con la publicación, lo que me encanta es que la historia encuentra muchas respuestas y que muchos detalles nuevos surgen a partir de otros testimonios que, claro, despiertan nuevas preguntas”.
Todo surge de sospechas
El libro se estructura como una novela policiaca que parte del hallazgo del cadáver y la pregunta que motiva la investigación; dice la autora que “en este proceso, empecé a encontrar detalles terribles, como la marcha de mineros que a pie vinieron al DF desde Coahuila y que, al ser declarado ilegal el movimiento, son enviados de vuelta en un tren que no abordan y después descarrila, lo que se interpretó como un intento de matarlos; eso pasó semanas antes de la muerte y era el contexto que permitió que se sospechara tanto y se pusiera en tela de juicio la versión oficial”.
Pero esto no es todo, la narradora permite que encontremos la voz de su personaje en la novela y que el amor entre en juego a través de unas cartas; “me fascinó la posibilidad –que se rumoró– de que no sólo tradujera las novelas de Traven sino que, también, hubiera vivido una relación con él; Traven la extrañó mucho después de la muerte y su diálogo implicaba no sólo un compromiso político sino la literatura. Es fascinante que, entonces, se sospechara que la novelista era ella y que había inventado al misterioso extranjero; aunque el juego que mantuvo a Traven encubierto siempre contó con la colaboración de Esperanza”.
PERFIL
Experimentada narradora y ensayista
Estudió letras modernas en el ITESM, literatura comparada en la UNAM y el doctorado en El Colegio de México. Ha sido traductora de poesía estadunidense; guionista de radio y televisión. Colaboró en la revista Casa del Tiempo, La Jornada Semanal y el suplemento Sábado. Fue becaria del FONCA (1992) y de la Fulbright (1995), Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen (1995), Premio de Traducción de Poesía (1996, con Myriam Moscona) por “La música del desierto”, de Williams Carlos Williams, y Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas (1996) por “Borges y Escher: un doble recorrido del laberinto”. Asimismo, ha publicado el libro de relatos “Cuentos para ciclistas y jinetes” (Aldus, 1995) y las novelas “El lenguaje de las orquídeas” (Tusquets, 2007) y “Otra máscara de Esperanza” (Océano, 2015).