Cultura
Novela en reconocimiento a la propia existencia
Hilda Morán del Castillo presenta en el Museo de la Ciudad 'Noviembre 2, lo que la noche no contó'
GUADALAJARA, JALISCO (31/OCT/2013).- La novela "Noviembre 2, lo que la noche no contó (Editorial Amat, 2013)", que la escritora Hilda Morán del Castillo presentó a las 20:00 horas en el
Museo de la Ciudad, fue definida por la autora como "una novela vital en reconocimiento a la propia existencia".
Durante el evento, la periodista y promotora cultural dijo que se debe encontrar lo luminoso que hay en los ritos de cada país para asumirlos con una conciencia más avanzada y vislumbrar en ellos la inevitabilidad del sincretismo como el espacio ideal donde puedan crecer otras culturas. Afirmó que el drama y la comedia que se desarrollan en el libro son interpretadas con voces de la tradición y las características del pueblo mexicano.
"México aporta mucho con su identidad hacia la muerte, presente en todo proceso de vida que se yergue desde lo profundo como la purificación del espíritu. En la narración de esta novela se aborda la lectura del tiempo con lenguaje proverbial. Ese dejar de ser ya no es incógnito. Esa muerte es sólo de los personajes principales de nuestros usos y costumbres. Ella ha sido la musa que no agota las fantasías de las artes populares, el cine, la música, la arquitectura, el grabado, la pintura en todas sus técnicas, la fotografía, la literatura..."
Arturo Camacho, presidente del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA), resaltó que la novela, que arranca con una remembranza de José Guadalupe Posada, funciona como una colección de relatos, cuyo hilo conductor es la muerte, los muertos y sus celebraciones.
"Son relatos sencillos que rescatan el habla coloquial y contienen la profundidad de lo cotidiano. Los relatos de Hilda Morán se caracterizan por un estudiado ritmo y por un buen uso del español. Su prosa impecable alcanza lo poético y sus cuidadas figuras literarias", dijo.
Por su parte, el escritor Efraín Franco dijo que Morán del Castillo logró plasmar en unas páginas, como en un friso cultural, a ese México "que se nos diluye entre las manos, pero que no se ha ido del todo, y que usted con la palabra, con la imaginación y su capacidad y derecho a ficcionar, nos recrea y nos fusiona los mundos de los que somos parte".
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI
Durante el evento, la periodista y promotora cultural dijo que se debe encontrar lo luminoso que hay en los ritos de cada país para asumirlos con una conciencia más avanzada y vislumbrar en ellos la inevitabilidad del sincretismo como el espacio ideal donde puedan crecer otras culturas. Afirmó que el drama y la comedia que se desarrollan en el libro son interpretadas con voces de la tradición y las características del pueblo mexicano.
"México aporta mucho con su identidad hacia la muerte, presente en todo proceso de vida que se yergue desde lo profundo como la purificación del espíritu. En la narración de esta novela se aborda la lectura del tiempo con lenguaje proverbial. Ese dejar de ser ya no es incógnito. Esa muerte es sólo de los personajes principales de nuestros usos y costumbres. Ella ha sido la musa que no agota las fantasías de las artes populares, el cine, la música, la arquitectura, el grabado, la pintura en todas sus técnicas, la fotografía, la literatura..."
Arturo Camacho, presidente del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA), resaltó que la novela, que arranca con una remembranza de José Guadalupe Posada, funciona como una colección de relatos, cuyo hilo conductor es la muerte, los muertos y sus celebraciones.
"Son relatos sencillos que rescatan el habla coloquial y contienen la profundidad de lo cotidiano. Los relatos de Hilda Morán se caracterizan por un estudiado ritmo y por un buen uso del español. Su prosa impecable alcanza lo poético y sus cuidadas figuras literarias", dijo.
Por su parte, el escritor Efraín Franco dijo que Morán del Castillo logró plasmar en unas páginas, como en un friso cultural, a ese México "que se nos diluye entre las manos, pero que no se ha ido del todo, y que usted con la palabra, con la imaginación y su capacidad y derecho a ficcionar, nos recrea y nos fusiona los mundos de los que somos parte".
EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI