Feminicidios y omisiones estatales
Con 18 asesinatos violentos de mujeres, 2023 ha superado los casos de feminicidios ocurridos en el mismo periodo del año pasado. Los casos de violencia contra mujeres arrancaron en Tototlán con el asesinato de Norma Imelda, asesinada por su pareja. Norma Alicia fue asesinada en Tonalá.
No sólo son más casos, ocurren con una violencia más atroz. Ericka Nohemí fue asesinada en Puerto Vallarta por su pareja, un taxista que pasó su vehículo tres veces por el cuerpo de la mujer, en presencia del hijo de siete años. Apenas el lunes, una niña de un año y siete meses fue asesinada por su padrastro. En Poncitlán ocurrió el doble feminicidio de una hija (Liliana) y su madre (Alondra), a manos del esposo de la primera.
El sábado Sandra Paola García Vázquez quedó gravemente herida por su pareja, quien la golpeó y la acuchilló varias veces en presencia de sus hijos de ocho y cuatro años. Fueron los hijos quienes salvaron la vida de su madre al interponerse entre esta y su padre, según contó Jeanette García, hermana de Sandra Paola, a Televisión Azteca. “(…) un niño de ocho años y una niña de cuatro fueron los que estaban presentes y los que detuvieron que la matara, porque si no ya estaría muerta y después de eso fueron y se encerraron en un cuarto, porque temían también por ellos”, contó a la televisión Jeannete García.
La culpa de esta violencia machista exacerbada que estamos viviendo en Jalisco, se debe a la “descomposición social”, según declaró el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Y añadió: “Este no es un asunto de policías y patrullas. El Gobierno no puede estar dentro de los hogares o intervenir en las relaciones personales de nadie. Lo que sí nos toca hacer es detener y encarcelar a quienes cometan estos actos brutales”, en controvertidas declaraciones.
Como cabía esperar, esta declaración no cayó nada bien entre colectivas feministas, pues consideraron que es un intento de lavarse las manos y evadir su responsabilidad. Guadalupe Ramos, del Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) y estudiosa de los feminicidios en Jalisco desde hace 27 años, dijo: “Me preocupan las declaraciones del gobernador porque muestran una ignorancia casi total; qué esperamos en la sociedad después de escucharlo, por eso estamos como estamos, porque el señor no ha entendido qué es lo que le toca como mandatario, como Ejecutivo, hacer que se muevan dentro de las instituciones las políticas de prevención y claro que le toca. No es un tema de que vaya a intervenir en cada pareja a resolver sus diferencias personales, sino de generar políticas públicas para que no se den estas violencias machistas”.
Guadalupe Ramos señaló el caso concreto del doble feminicidio ocurrido en la agencia del Ministerio Público de Poncitlán. Sostuvo que Liliana ya había denunciado a su pareja por agresión y había externado su preocupación porque tenía armas de fuego en su domicilio. A Liliana debieron protegerla desde la primera denuncia y aplicarle un protocolo de medición de riesgos. Si lo hubieran aplicado “Liliana y Alondra las tendríamos vivas entre nosotros”, dijo Guadalupe Ramos.
A la omisión de sus responsabilidades que manifiesta el gobernador en sus declaraciones se suma la manipulación y engaño de las cifras de feminicidios. De diciembre de 2018, cuando asumió el cargo, a diciembre de 2022, en Jalisco se han sumado 277 feminicidios, según la plataforma del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, por lo que el gobernador Enrique Alfaro presume que los feminicidios van a la baja en el estado.
Pero tan solo el año pasado ocurrieron 240 asesinatos violentos de mujeres pero solamente 35 se clasificaron como feminicidios, precisó Guadalupe Ramos. En lo que va del año, han ocurrido 18 muertes violentas de mujeres, pero apenas seis se consideraron feminicidios. Esto se debe a que la Fiscalía investiga y consigna los casos de manera indebida, por lo que falla en la procuración de justicia para las mujeres. La violencia contra las mujeres es estructural y sistemática, pero el Estado no está respondiendo adecuadamente a este desafío. Para empezar debería de reconocer la magnitud del problema y asumir su responsabilidad frente al mismo.